La imagen compartida, retrata una escena épica de la lucha entre tecnología y naturaleza: una máquina rompe nieves del Ferrocarril Trasandino Los Andes–Mendoza, enfrentando el manto blanco de la alta montaña. Este tipo de maquinaria fue esencial para mantener operativa la línea ferroviaria que cruzaba los Andes, especialmente en los inviernos más crudos. Para enfrentar este obstáculo, se incorporaron máquinas rompe nieves rotatorias, como la fabricada por Cooke Locomotive & Machine Co. en 1900, ensamblada en Mendoza en 1901. No tenía propulsión propia: era empujado por locomotoras Kitson Meyer. Su caldera accionaba paletas giratorias que lanzaban la nieve a 30 o 40 metros de distancia. Pesaba unos 45.000 kg y tenía cuchillas inferiores que despejaban la vía sin dañar los rieles. Cuando la nieve superaba su altura, los obreros debían rebajarla a pala para que pudiera operar. En inviernos extremos, como el de 1914, se movilizaban ejércitos de peones para abrir sendas entre bloques helados. A veces, en un solo día, se perdía todo el trabajo de una semana por nuevas avalanchas. Se construyeron galerías metálicas (snowsheds) para proteger tramos vulnerables, pero no eran suficientes ante derrumbes de roca.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
domingo, 27 de julio de 2025
🚂 Acero contra la cordillera. La Máquina Rompe Nieves del Ferrocarril Trasandino – Mendoza (1911)
La imagen compartida, retrata una escena épica de la lucha entre tecnología y naturaleza: una máquina rompe nieves del Ferrocarril Trasandino Los Andes–Mendoza, enfrentando el manto blanco de la alta montaña. Este tipo de maquinaria fue esencial para mantener operativa la línea ferroviaria que cruzaba los Andes, especialmente en los inviernos más crudos. Para enfrentar este obstáculo, se incorporaron máquinas rompe nieves rotatorias, como la fabricada por Cooke Locomotive & Machine Co. en 1900, ensamblada en Mendoza en 1901. No tenía propulsión propia: era empujado por locomotoras Kitson Meyer. Su caldera accionaba paletas giratorias que lanzaban la nieve a 30 o 40 metros de distancia. Pesaba unos 45.000 kg y tenía cuchillas inferiores que despejaban la vía sin dañar los rieles. Cuando la nieve superaba su altura, los obreros debían rebajarla a pala para que pudiera operar. En inviernos extremos, como el de 1914, se movilizaban ejércitos de peones para abrir sendas entre bloques helados. A veces, en un solo día, se perdía todo el trabajo de una semana por nuevas avalanchas. Se construyeron galerías metálicas (snowsheds) para proteger tramos vulnerables, pero no eran suficientes ante derrumbes de roca.
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