martes, 15 de julio de 2025

⚡ A comienzos del siglo XX, la Toma del Río Mendoza en Cacheuta fue el corazón de un ambicioso proyecto hidroeléctrico que marcó el ingreso de Mendoza a la modernidad. En torno a este punto estratégico se desarrolló la infraestructura que permitió aprovechar la fuerza del río para generar electricidad, dando origen a la Usina Hidroeléctrica de Cacheuta, una de las primeras del país.(Imagen ca.1930)


El emprendimiento fue impulsado por el ingeniero alemán Carlos Fader, quien obtuvo en 1899 y 1900 concesiones para utilizar la fuerza motriz del río Mendoza entre los kilómetros 33 y 37 del Ferrocarril Trasandino. Tras su fallecimiento en 1905, su hijo Fernando Fader, reconocido pintor, retomó la obra y logró avanzar en la construcción del canal, turbinas y dique. En 1912, fundó en Londres la empresa The Mendoza Electric Light, Power and Traction Company, con el objetivo de financiar el tendido eléctrico hacia la ciudad.La Empresa Luz y Fuerza; en 1913, tras un aluvión que dañó parte de las obras, Fernando Fader transfirió la concesión a la Argentine Power and Railways Traction Co. Ltd., que luego fue absorbida por la Empresa de Luz y Fuerza, consolidando el servicio eléctrico en Mendoza. La toma del río incluía canales de derivación, estructuras de captación y sistemas de conducción que alimentaban la usina ubicada en Cacheuta. El valle de Cacheuta, con su relieve escarpado y cercanía al río, fue ideal para instalar la infraestructura hidroeléctrica. La zona también albergaba viviendas para trabajadores, una escuela y el famoso puente colgante, que conectaba ambos márgenes del río. El 10 de enero de 1934, un aluvión provocado por el deshielo y fuertes lluvias destruyó gran parte de la usina, el hotel de Cacheuta y otras instalaciones. A pesar del desastre, las ruinas de Fader aún pueden visitarse como testimonio de ese capítulo pionero en la historia energética de Mendoza.


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