El vestido tenía un corte sliplike, es decir, similar a un camisón o prenda interior, muy en línea con la estética provocadora de la época. El uso de piel de ternero estarcida con patrón de tigre era una declaración de estilo: salvaje, sensual y sofisticada. Las correas con gemas no solo cumplían función estructural, sino que añadían un toque de lujo y brillo, ideal para la pista de baile. Se exhibía en la tienda Horse of a Different Color, conocida por sus propuestas vanguardistas y atrevidas. En 1966, la moda femenina vivía una revolución: las minifaldas, los estampados animales y los materiales no convencionales eran parte del lenguaje visual del Swinging Sixties. Diseñadoras como Mary Quant y estilistas como Kirkpatrick apostaban por la liberación estética, donde el cuerpo se mostraba con orgullo y la ropa era una forma de expresión personal. Este vestido, con su mezcla de animal print, silueta minimalista y detalles brillantes, encarnaba el espíritu de la discoteca como templo de libertad.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
sábado, 19 de julio de 2025
🕺 El 14 de noviembre de 1966, el Chicago Tribune publicó una imagen que capturaba el espíritu audaz y glamoroso de la moda discotequera de los años 60: un vestido diseñado por Gayle Kirkpatrick de Atelier, confeccionado con ternero estampado estilo tigre y asegurado con correas adornadas con piedras preciosas
El vestido tenía un corte sliplike, es decir, similar a un camisón o prenda interior, muy en línea con la estética provocadora de la época. El uso de piel de ternero estarcida con patrón de tigre era una declaración de estilo: salvaje, sensual y sofisticada. Las correas con gemas no solo cumplían función estructural, sino que añadían un toque de lujo y brillo, ideal para la pista de baile. Se exhibía en la tienda Horse of a Different Color, conocida por sus propuestas vanguardistas y atrevidas. En 1966, la moda femenina vivía una revolución: las minifaldas, los estampados animales y los materiales no convencionales eran parte del lenguaje visual del Swinging Sixties. Diseñadoras como Mary Quant y estilistas como Kirkpatrick apostaban por la liberación estética, donde el cuerpo se mostraba con orgullo y la ropa era una forma de expresión personal. Este vestido, con su mezcla de animal print, silueta minimalista y detalles brillantes, encarnaba el espíritu de la discoteca como templo de libertad.
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