martes, 15 de julio de 2025

🌳 En el año 1890, la Alameda de Las Delicias era el corazón elegante y arbolado de Santiago de Chile, un paseo urbano que combinaba belleza natural, arquitectura señorial y vida social activa. Mucho antes de ser rebautizada como Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, esta alameda era un símbolo de modernidad y refinamiento en la capital chilena


Originalmente conocida como Paseo de La Cañada, fue transformada en el siglo XIX en la Alameda de Las Delicias, con jardines, fuentes y árboles alineados que ofrecían sombra y frescura. En 1890, el sector de calle Dieciocho mostraba una ciudad en transición: carruajes, tranvías tirados por caballos y peatones bien vestidos recorrían sus veredas. Era un lugar de encuentro para la burguesía santiaguina, con cafés, tertulias y paseos dominicales. Las construcciones cercanas reflejaban estilos neoclásico, art nouveau y colonial, con fachadas ornamentadas y balcones de hierro forjado. La Alameda estaba flanqueada por plazas, iglesias y edificios públicos, como el Congreso Nacional y la Universidad de Chile. Las mujeres vestían con trajes largos y sombreros, mientras los hombres lucían levitas y bastones, en una postal urbana de época. Fotografías de la época muestran una Alameda tranquila y apacible, con pocos transeúntes y una atmósfera de paz que contrasta con el bullicio actual. Muchos santiaguinos recuerdan ese tiempo como una “época dorada”, donde la ciudad parecía más ordenada, limpia y elegante

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