miércoles, 16 de julio de 2025

🕰️ Los Portones del Parque General San Martín son uno de los íconos más emblemáticos de la ciudad de Mendoza. Su historia combina arte, política, mitos y una pizca de exotismo internacional.


Fueron instalados en 1909, pero su historia comienza unos años antes, cuando Emilio Civit, ministro de Obras Públicas, viajó a París y adquirió los portones en una subasta. Habían sido fabricados en Glasgow, Escocia, por encargo de un sultán otomano que cayó en desgracia y nunca los recibió. Civit los compró para embellecer el acceso al entonces Parque del Oeste, diseñado por el paisajista Carlos Thays. Son tres portones de hierro forjado, unidos por verjas, montados sobre un basamento de granito. El portón central mide 6,30 m de ancho por 6,70 m de alto; los laterales, 3,90 m por 4,71 m. En su punto más alto, el conjunto alcanza los 9,40 metros. Están coronados por un cóndor andino y el Escudo de Mendoza, que reemplazaron los símbolos originales del Islam: una media luna y una corona imperial. Las hojas de los portones incluyen gárgolas, columnas estilizadas, arabescos, y hojas de acanto. Originalmente estaban pintados en negro y dorado, siguiendo la tradición británica. Luego fueron pintados de verde durante décadas. En los portones laterales aún se conservan algunos símbolos islámicos, como la media luna y la estrella.  Han sido restaurados en varias ocasiones, incluyendo una intervención en 2002 y otra en 2021, respetando su diseño original. Son considerados patrimonio cultural y símbolo de la identidad mendocina.  En 1907, los talleres Pedro Vassena e Hijos de Buenos Aires construyeron otros portones para el parque, pero no fueron instalados en el ingreso principal. Se pensó en colocarlos en el camino al Cerro de la Gloria, pero la obra nunca se concretó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario