En julio de 1813, la Asamblea del Año XIII lanzó una medida audaz: un empréstito forzoso para financiar la creación de la marina de guerra. Los capitalistas debían adelantar medio millón de pesos, y a cambio recibían pagarés con sello estatal y firma oficial. Estos documentos, inicialmente simples promesas de pago, evolucionaron rápidamente: a los dos meses podían usarse para saldar deudas, y a los seis, se aceptaban como dinero en efectivo. Al cumplirse un año, debían pagarse al portador. Este mecanismo fue mucho más que una solución coyuntural: marcó el germen del papel moneda argentino y dio origen a la circulación fiduciaria, que luego sería clave en la evolución económica del país. Pero antes de estos pagarés, hubo intentos previos. En 1808, el virrey Santiago de Liniers, enfrentando una crisis fiscal, propuso emitir “vales patrióticos”. Sin embargo, la costumbre arraigada de usar monedas metálicas frustró la iniciativa. Las guerras de la Independencia agravaron aún más la situación económica, y poco a poco se fue aceptando la idea de reemplazar el metal por papel. Así nacieron los pagarés sellados de 1813, seguidos por los “billetes amortizables” del Directorio en 1817 y el papel moneda emitido en 1819, que podía usarse en aduanas y tesorerías, aunque su aceptación entre particulares era voluntaria. En 1820, con la disolución del gobierno nacional, la Provincia de Buenos Aires tomó la posta y emitió sus propios billetes amortizables, en valores de 5 a 100 pesos fuertes, para uso aduanero. La escasez de billetes entre 1822 y 1823 llevó a una situación insólita: el Banco de Descuento no lograba cubrir la demanda de circulante, especialmente en valores pequeños. La crisis fue tal que cafés y comercios comenzaron a imprimir sus propios billetes, fichas y contraseñas para poder atender a sus clientes. Una solución improvisada, pero necesaria ante la falta de moneda oficial. El 12 de septiembre de 1822, el Banco de Buenos Ayres —el primero del país— encargó la impresión de los primeros billetes argentinos. El diseño fue obra del artista francés José Rousseau, y la impresión estuvo a cargo de Pedro Ponce. Se produjeron siete mil ejemplares, estampados a mano, en valores de 20, 50, 100, 200, 500 y 1.000 pesos fuertes. La paridad vigente desde 1812 establecía que una onza de oro equivalía a 17 pesos fuertes de plata. Los billetes impresos por Ponce fueron solo una solución temporal. El Banco decidió encargar los definitivos a una firma inglesa, aprovechando los avances tecnológicos de la época. Así, en julio de 1823 comenzaron a llegar los billetes impresos por “Henckell y Du Buisson”, con un diseño sobrio y elegante: escudo argentino en el centro superior, letras góticas y cursivas al estilo europeo. Los valores emitidos fueron variados: 1, 5, 10, 21, 50, 100, 150, 500 y 1.000 pesos fuertes. #HistoriaMonetaria #BilletesArgentinos #PatrimonioEconómico #Empréstito1813 #PapelMoneda #VirreinatoRioplatense #BancoDeDescuento #BilletesHistóricos #CirculaciónFiduciaria #Efeméride26Agosto #Mendozantigua
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martes, 26 de agosto de 2025
💸 El Peso: Nacimiento de la Moneda Argentina (1881) 🧾 Los primeros pasos del papel moneda
En julio de 1813, la Asamblea del Año XIII lanzó una medida audaz: un empréstito forzoso para financiar la creación de la marina de guerra. Los capitalistas debían adelantar medio millón de pesos, y a cambio recibían pagarés con sello estatal y firma oficial. Estos documentos, inicialmente simples promesas de pago, evolucionaron rápidamente: a los dos meses podían usarse para saldar deudas, y a los seis, se aceptaban como dinero en efectivo. Al cumplirse un año, debían pagarse al portador. Este mecanismo fue mucho más que una solución coyuntural: marcó el germen del papel moneda argentino y dio origen a la circulación fiduciaria, que luego sería clave en la evolución económica del país. Pero antes de estos pagarés, hubo intentos previos. En 1808, el virrey Santiago de Liniers, enfrentando una crisis fiscal, propuso emitir “vales patrióticos”. Sin embargo, la costumbre arraigada de usar monedas metálicas frustró la iniciativa. Las guerras de la Independencia agravaron aún más la situación económica, y poco a poco se fue aceptando la idea de reemplazar el metal por papel. Así nacieron los pagarés sellados de 1813, seguidos por los “billetes amortizables” del Directorio en 1817 y el papel moneda emitido en 1819, que podía usarse en aduanas y tesorerías, aunque su aceptación entre particulares era voluntaria. En 1820, con la disolución del gobierno nacional, la Provincia de Buenos Aires tomó la posta y emitió sus propios billetes amortizables, en valores de 5 a 100 pesos fuertes, para uso aduanero. La escasez de billetes entre 1822 y 1823 llevó a una situación insólita: el Banco de Descuento no lograba cubrir la demanda de circulante, especialmente en valores pequeños. La crisis fue tal que cafés y comercios comenzaron a imprimir sus propios billetes, fichas y contraseñas para poder atender a sus clientes. Una solución improvisada, pero necesaria ante la falta de moneda oficial. El 12 de septiembre de 1822, el Banco de Buenos Ayres —el primero del país— encargó la impresión de los primeros billetes argentinos. El diseño fue obra del artista francés José Rousseau, y la impresión estuvo a cargo de Pedro Ponce. Se produjeron siete mil ejemplares, estampados a mano, en valores de 20, 50, 100, 200, 500 y 1.000 pesos fuertes. La paridad vigente desde 1812 establecía que una onza de oro equivalía a 17 pesos fuertes de plata. Los billetes impresos por Ponce fueron solo una solución temporal. El Banco decidió encargar los definitivos a una firma inglesa, aprovechando los avances tecnológicos de la época. Así, en julio de 1823 comenzaron a llegar los billetes impresos por “Henckell y Du Buisson”, con un diseño sobrio y elegante: escudo argentino en el centro superior, letras góticas y cursivas al estilo europeo. Los valores emitidos fueron variados: 1, 5, 10, 21, 50, 100, 150, 500 y 1.000 pesos fuertes. #HistoriaMonetaria #BilletesArgentinos #PatrimonioEconómico #Empréstito1813 #PapelMoneda #VirreinatoRioplatense #BancoDeDescuento #BilletesHistóricos #CirculaciónFiduciaria #Efeméride26Agosto #Mendozantigua
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