Hay una generación que está cambiando el mapa social sin pedir permiso. Son personas que hoy tienen entre 60 y 90 años, y que no encajan en ninguna etiqueta anterior. No son “ancianos” ni “retirados” en el sentido tradicional. Son activos, lúcidos, presentes. Están inaugurando una etapa vital que aún no tiene nombre. Como ocurrió con la adolescencia en el siglo XX —cuando una masa de jóvenes dejó de ser niños pero aún no eran adultos—, este nuevo grupo también reclama identidad. No desde la rebeldía, sino desde la plenitud. Han vivido, trabajado, criado, amado, perdido, aprendido. Y ahora, lejos de apagarse, se expanden. Muchos de ellos encontraron hace tiempo el oficio que les daba sentido. Otros lo reinventaron. Y aunque algunos siguen trabajando, otros disfrutan de su tiempo libre sin culpa ni miedo. No temen a la soledad ni a la quietud, porque saben que el silencio también puede ser fértil. Lejos de quedar al margen de la tecnología, usan celulares, escriben mails, hacen videollamadas. Se conectan con sus hijos, sus amigos, sus pasiones. No añoran el pasado: lo recuerdan con gratitud, pero viven el presente con entusiasmo. La juventud, para ellos, no es una etapa: es una actitud. Cada mañana celebran el sol. Se sonríen a sí mismos. Hacen planes para sus propias vidas, no para las de los demás. Y quizás, por alguna razón que solo los nacidos en el siglo XX comprenden, saben que la vida no se mide en años, sino en intensidad. #Eco #Huella #Trama #Raíz #Presencia #Rastro #Mirada #Recuerdo #Silencio #Voz #Mendozantigua
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
miércoles, 24 de septiembre de 2025
“La segunda vida: sin nostalgia, con sentido”
Hay una generación que está cambiando el mapa social sin pedir permiso. Son personas que hoy tienen entre 60 y 90 años, y que no encajan en ninguna etiqueta anterior. No son “ancianos” ni “retirados” en el sentido tradicional. Son activos, lúcidos, presentes. Están inaugurando una etapa vital que aún no tiene nombre. Como ocurrió con la adolescencia en el siglo XX —cuando una masa de jóvenes dejó de ser niños pero aún no eran adultos—, este nuevo grupo también reclama identidad. No desde la rebeldía, sino desde la plenitud. Han vivido, trabajado, criado, amado, perdido, aprendido. Y ahora, lejos de apagarse, se expanden. Muchos de ellos encontraron hace tiempo el oficio que les daba sentido. Otros lo reinventaron. Y aunque algunos siguen trabajando, otros disfrutan de su tiempo libre sin culpa ni miedo. No temen a la soledad ni a la quietud, porque saben que el silencio también puede ser fértil. Lejos de quedar al margen de la tecnología, usan celulares, escriben mails, hacen videollamadas. Se conectan con sus hijos, sus amigos, sus pasiones. No añoran el pasado: lo recuerdan con gratitud, pero viven el presente con entusiasmo. La juventud, para ellos, no es una etapa: es una actitud. Cada mañana celebran el sol. Se sonríen a sí mismos. Hacen planes para sus propias vidas, no para las de los demás. Y quizás, por alguna razón que solo los nacidos en el siglo XX comprenden, saben que la vida no se mide en años, sino en intensidad. #Eco #Huella #Trama #Raíz #Presencia #Rastro #Mirada #Recuerdo #Silencio #Voz #Mendozantigua
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