Tras firmar las Capitulaciones de Santa Fe, Cristóbal Colón enfrentó serias dificultades para iniciar su expedición: le costó reunir barcos y tripulantes dispuestos a embarcarse en una travesía que muchos consideraban suicida. Persistían creencias medievales sobre una Tierra plana, abismos oceánicos y criaturas fantásticas como sirenas y tritones, supuestos causantes de tormentas y naufragios. En el siglo XV, España y Portugal competían por el comercio con India y China, dominado por rutas terrestres controladas por musulmanes. Portugal intentó una vía marítima bordeando África, pero sin éxito. España, recién liberada del dominio árabe, buscaba una alternativa más rentable. Cuando Colón propuso llegar a Asia navegando hacia occidente, los Reyes Católicos vieron una oportunidad estratégica, no una búsqueda de oro. Sin embargo, una vez en el Nuevo Mundo, comenzaron a circular relatos sobre ciudades fabulosas, templos dorados y riquezas desbordantes. La codicia se volvió el motor de las expediciones posteriores, disfrazadas de exploración. Colón mismo, obsesionado con el oro —mencionado 65 veces en su primer diario— decía quererlo para financiar la reconquista de Jerusalén, aunque sus métodos no siempre fueron piadosos. — #Colón1492, #RutaYCodicia, #MaresMitológicos, #ArchivoImperial, #OroYEspeciería
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martes, 7 de octubre de 2025
Cristobal Colón: entre mitos marinos y la fiebre del oro
Tras firmar las Capitulaciones de Santa Fe, Cristóbal Colón enfrentó serias dificultades para iniciar su expedición: le costó reunir barcos y tripulantes dispuestos a embarcarse en una travesía que muchos consideraban suicida. Persistían creencias medievales sobre una Tierra plana, abismos oceánicos y criaturas fantásticas como sirenas y tritones, supuestos causantes de tormentas y naufragios. En el siglo XV, España y Portugal competían por el comercio con India y China, dominado por rutas terrestres controladas por musulmanes. Portugal intentó una vía marítima bordeando África, pero sin éxito. España, recién liberada del dominio árabe, buscaba una alternativa más rentable. Cuando Colón propuso llegar a Asia navegando hacia occidente, los Reyes Católicos vieron una oportunidad estratégica, no una búsqueda de oro. Sin embargo, una vez en el Nuevo Mundo, comenzaron a circular relatos sobre ciudades fabulosas, templos dorados y riquezas desbordantes. La codicia se volvió el motor de las expediciones posteriores, disfrazadas de exploración. Colón mismo, obsesionado con el oro —mencionado 65 veces en su primer diario— decía quererlo para financiar la reconquista de Jerusalén, aunque sus métodos no siempre fueron piadosos. — #Colón1492, #RutaYCodicia, #MaresMitológicos, #ArchivoImperial, #OroYEspeciería

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