En el año 1922, la ciudad de Mendoza fue escenario de una emotiva celebración del Rosh Hashaná, el año nuevo hebreo, que marcaba el inicio del año 5683 según el calendario judío. La ceremonia tuvo lugar en la sinagoga israelita local, donde se congregaron miembros de la comunidad para dar comienzo a un nuevo ciclo espiritual, en un contexto de creciente integración cultural y religiosa en la región. La festividad, que conmemora la creación del mundo y llama a la introspección, el arrepentimiento y la renovación, fue celebrada con oraciones, cantos litúrgicos y rituales tradicionales, como el toque del shofar (cuerno de carnero), símbolo de despertar espiritual. Según registros del Centro de Documentación e Investigación de la Colectividad Judía en Argentina (CDICA), la comunidad judía mendocina, formada en gran parte por inmigrantes provenientes de Europa Oriental, ya contaba con una estructura institucional activa desde principios del siglo XX. La sinagoga, ubicada en el corazón de la ciudad, era no solo un espacio de culto, sino también de encuentro, educación y preservación identitaria. La celebración de Rosh Hashaná en 1922 refleja el esfuerzo por mantener vivas las tradiciones en un entorno nuevo, y el papel que la comunidad judía tuvo en la construcción plural de Mendoza. #mendozantigua
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domingo, 16 de noviembre de 2025
🕍 Mendoza, 1922: Rosh Hashaná en comunidad — el año 5683 comienza bajo el canto de la tradición
En el año 1922, la ciudad de Mendoza fue escenario de una emotiva celebración del Rosh Hashaná, el año nuevo hebreo, que marcaba el inicio del año 5683 según el calendario judío. La ceremonia tuvo lugar en la sinagoga israelita local, donde se congregaron miembros de la comunidad para dar comienzo a un nuevo ciclo espiritual, en un contexto de creciente integración cultural y religiosa en la región. La festividad, que conmemora la creación del mundo y llama a la introspección, el arrepentimiento y la renovación, fue celebrada con oraciones, cantos litúrgicos y rituales tradicionales, como el toque del shofar (cuerno de carnero), símbolo de despertar espiritual. Según registros del Centro de Documentación e Investigación de la Colectividad Judía en Argentina (CDICA), la comunidad judía mendocina, formada en gran parte por inmigrantes provenientes de Europa Oriental, ya contaba con una estructura institucional activa desde principios del siglo XX. La sinagoga, ubicada en el corazón de la ciudad, era no solo un espacio de culto, sino también de encuentro, educación y preservación identitaria. La celebración de Rosh Hashaná en 1922 refleja el esfuerzo por mantener vivas las tradiciones en un entorno nuevo, y el papel que la comunidad judía tuvo en la construcción plural de Mendoza. #mendozantigua
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