domingo, 28 de diciembre de 2025

📌 1832: Los ladrones de cadáveres y el lado oscuro del progreso médico


En la Gran Bretaña de los siglos XVIII y XIX, la medicina moderna avanzó al ritmo de tumbas abiertas y cuerpos robados. La disección humana, que en el siglo XVIII dejó de ser excepcional, se convirtió en práctica esencial para formar cirujanos. Sin embargo, la ley solo permitía usar cadáveres de criminales ejecutados, lo que generó una escasez de cuerpos frente a la creciente demanda de hospitales y escuelas médicas. Entre 1750 y 1832, los llamados resurreccioncitas multiplicaron los saqueos de cementerios. Operaban en redes organizadas con sepultureros, parroquias y funerarias, y trabajaban de noche con métodos calculados para extraer cadáveres en minutos. Los pobres, enterrados en fosas comunes, fueron los más vulnerables. La tensión social estalló en episodios violentos: en 1830, un cementerio de Dublín fue escenario de una batalla campal entre dolientes y profanadores; en 1832, tres hombres fueron arrestados en Londres con cadáveres, y la multitud intentó lincharlos. El saqueo también alcanzó hospicios, casas mortuorias y velatorios privados. Incluso hospitales como el Royal Hospital de Londres se abastecieron de sus propios pacientes fallecidos, según revelaron excavaciones modernas. Para proteger a los muertos, se instalaron jaulas metálicas (mortsafes), torres de vigilancia y ataúdes reforzados. El negocio funerario creció, convirtiendo la muerte en símbolo de estatus, mientras los pobres quedaban expuestos incluso después de morir. El final llegó con la Ley de Anatomía de 1832, que autorizó a las escuelas médicas a usar cuerpos no reclamados de hospitales y hospicios. Aunque el robo de cadáveres perdió sentido, la medida dejó una herida ética profunda, pues el progreso científico se sostuvo sobre los cuerpos de los más desamparados. #Resurreccionistas #HistoriaFuneraria #Anatomía1832 #CadáveresYMedicina #OscuroProgreso #CementeriosProfanados #mendozantigua 

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