jueves, 18 de diciembre de 2025

📌 Acollarar: la práctica rural que enseñó a los caballos a seguir el rumbo de la madrina


En el ámbito rural argentino, el verbo acollarar se utilizó para describir la acción de atar por el cuello a dos animales, especialmente yeguarizos, con el propósito de que aprendieran a desplazarse juntos y no se desorientaran en campo abierto. Esta costumbre fue común en la cría y doma de caballos, donde se los acollaraba a la llamada “yegua madrina”, una hembra experimentada que guiaba al resto del tropel. La práctica se realizó con cuerdas, colleras o lazos de cuero, y permitió que los animales jóvenes adquirieran hábitos de marcha, obediencia y orientación, siguiendo el ritmo y comportamiento de la madrina. El acollaramiento también facilitó el traslado de tropas equinas, evitando que se dispersaran en travesías largas o en zonas de monte. Según registros del Tesoro de los Diccionarios Históricos de la Lengua Española, el término tuvo uso extendido en Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay, y se aplicó también a bueyes y perros, aunque en menor medida. En textos rurales del siglo XIX, se mencionó como parte de las tareas cotidianas del peón de campo, junto con el amanse, el ensille y el arreo. El acollaramiento no solo tuvo valor práctico, sino que reflejó una filosofía de aprendizaje por compañía, donde el animal joven imitaba al veterano, aprendiendo por cercanía y repetición. En la cultura gauchesca, la yegua madrina fue símbolo de guía, experiencia y cohesión grupal, y aún hoy se la recuerda en relatos y canciones camperas. #Acollarar #YeguaMadrina #SaberesDelCampo #TradiciónCriolla #CaballosEnMarcha #RuralidadViva

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