Durante la conquista y colonización de América, muchas ciudades iberoamericanas contaron con sistemas de acequias urbanas y rurales para abastecerse de agua y regar cultivos. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XIX, estos canales comenzaron a ser reemplazados por sistemas más modernos, y en muchos casos desaparecieron por completo. En Mendoza, a diferencia de otras regiones, las acequias perduraron y se integraron al paisaje urbano y rural, convirtiéndose en un símbolo de identidad local. Este sistema hídrico, con raíces prehispánicas, permitió el desarrollo de una cultura de oasis, basada en canales, zanjones y acequias heredados de los pueblos originarios. Desde el siglo XVI hasta fines del XIX, las acequias cumplieron una doble función: proveer agua potable y regar cultivos. La ciudad fue descrita por cronistas como muy arbolada, aunque inicialmente los árboles se concentraban en patios y huertas privadas. Recién hacia 1872, se comenzaron a plantar árboles en la vía pública, sostenidos por las acequias callejeras que bordeaban las calzadas. Esta vegetación, adaptada al clima mediterráneo, no habría sobrevivido sin el aporte constante de agua. Con el tiempo, la expansión comercial y la ocupación de las veredas provocaron que muchas acequias fueran cubiertas con puentes de hormigón, dificultando su limpieza y provocando inundaciones durante las lluvias. Este deterioro, sumado a la falta de políticas de conservación, puso en riesgo la arboleda urbana y el sistema hídrico tradicional. Las acequias mendocinas no solo representaron un elemento funcional, sino también un referente cultural y paisajístico. Como los canales de Venecia, se convirtieron en obstáculos cotidianos que definieron la experiencia urbana. Sin embargo, la presión por implementar sistemas de riego más eficientes mediante cañerías embutidas amenaza con hacerlas desaparecer. Su pérdida implicaría no solo el fin de un ciclo histórico, sino también la desfiguración del paisaje urbano y rural mendocino. Para preservar este patrimonio, será necesario adoptar nuevas tecnologías que mantengan viva la vegetación pública y el legado de las acequias como sistema cultural y ambiental. #AcequiasDeMendoza #CulturaDeOasis #PaisajeHídrico #IdentidadMendocina #MemoriaDelAgua #TerritorioYHistoria #mendozantigua
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
miércoles, 24 de diciembre de 2025
📌 Mendoza y sus acequias: el legado hídrico que moldeó una ciudad oasis
Durante la conquista y colonización de América, muchas ciudades iberoamericanas contaron con sistemas de acequias urbanas y rurales para abastecerse de agua y regar cultivos. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XIX, estos canales comenzaron a ser reemplazados por sistemas más modernos, y en muchos casos desaparecieron por completo. En Mendoza, a diferencia de otras regiones, las acequias perduraron y se integraron al paisaje urbano y rural, convirtiéndose en un símbolo de identidad local. Este sistema hídrico, con raíces prehispánicas, permitió el desarrollo de una cultura de oasis, basada en canales, zanjones y acequias heredados de los pueblos originarios. Desde el siglo XVI hasta fines del XIX, las acequias cumplieron una doble función: proveer agua potable y regar cultivos. La ciudad fue descrita por cronistas como muy arbolada, aunque inicialmente los árboles se concentraban en patios y huertas privadas. Recién hacia 1872, se comenzaron a plantar árboles en la vía pública, sostenidos por las acequias callejeras que bordeaban las calzadas. Esta vegetación, adaptada al clima mediterráneo, no habría sobrevivido sin el aporte constante de agua. Con el tiempo, la expansión comercial y la ocupación de las veredas provocaron que muchas acequias fueran cubiertas con puentes de hormigón, dificultando su limpieza y provocando inundaciones durante las lluvias. Este deterioro, sumado a la falta de políticas de conservación, puso en riesgo la arboleda urbana y el sistema hídrico tradicional. Las acequias mendocinas no solo representaron un elemento funcional, sino también un referente cultural y paisajístico. Como los canales de Venecia, se convirtieron en obstáculos cotidianos que definieron la experiencia urbana. Sin embargo, la presión por implementar sistemas de riego más eficientes mediante cañerías embutidas amenaza con hacerlas desaparecer. Su pérdida implicaría no solo el fin de un ciclo histórico, sino también la desfiguración del paisaje urbano y rural mendocino. Para preservar este patrimonio, será necesario adoptar nuevas tecnologías que mantengan viva la vegetación pública y el legado de las acequias como sistema cultural y ambiental. #AcequiasDeMendoza #CulturaDeOasis #PaisajeHídrico #IdentidadMendocina #MemoriaDelAgua #TerritorioYHistoria #mendozantigua
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