El piloto argentino viajó a La Habana para participar en el Gran premio de Cuba, estando en el hall del hotel Lincoln, luego de la clasificación, Fangio le comentaba a sus mecánicos la preocupación por los saltos de la curva de la explanada de la Embajada de EEUU, sorpresivamente fue abordado por un joven que le pregunta "Ud es Fangio?", "-si", "-Disculpe, pero me va a tener que acompañar". Fangio creyó que era una broma, pero cuando se vio apuntado por una pistola se percató de la seriedad y no opuso resistencia. El secuestrador Manuel Uziel llevó a Juan Manuel ante Arnol Rodríguez Camps y Faustino Pérez, los cabecillas de la delegación de "la Habana" del movimiento liderado por Fidel Castro desde la Sierra Maestra. A cara descubierta y sin violencia le explicaron a Fangio los motivos de su secuestro, no se pediría rescate alguno, solo se quería llamar la atención del mundo sobre la dictadura de Fulgencio Batista, y la ausencia en la carrera del mejor piloto saldría en todos los diarios. Fangio se preocupó por lo que pensarían sus familiares en Argentina, Arnol accedió a realizar una llamada para llevarles tranquilidad. Poco a poco Juan Manuel entró en confianza con sus captores, cuando le comentaron que la carrera se había cancelado por un grave accidente con varios muertos, les dijo "-Averigüen si fue en la curva de la explanada de la Embajada", "-si, fue allí", "-Entonces quizás les deba la vida". Terminada la carrera, los secuestradores debatían sobre el método de liberación, temían que Fangio fuera asesinado al ser encontrado para hacer responsable al movimiento "26 de Julio". Juan Manuel acercó la solución, ser entregado al embajador argentino, que no era otro que el primo del Che Guevara, 26 horas después de su secuestro, Fangio fue liberado. Pese a que fue presionado por las autoridades, Fangio evitó hablar mal de sus captores, se refería a ellos como, "Jóvenes idealistas" que me trataron mejor que los empleados del hotel. Años después del incidente, en 1981, siendo presidente honorario de Mercedes Benz encabezó una delegación a La Habana, allí fue recibido por el ministro de Relaciones Exteriores, que no era otro que Arnol Rodríguez Camps, Fangio le pidió ver al resto de las mujeres y hombres que lo mantuvieron cautivo, Arnol organizó esa reunión y otra con Fidel Castro quién le agradeció personalmente la postura que mantuvo cada vez que era consultado por el secuestro. Pese al paso de los años Fangio mantuvo viva la amistad con Faustino Pérez, pero sobre todo con Arnol Rodríguez Camps a quien invitó a visitar su museo de Balcarce en 1992.
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