Si alguna vez te preguntaste, ¿porque entre los pies de la cama y la cómoda solo hay 30 centímetros?, ¿porque la mesada de la cocina te parece baja?, ¿porque cuando abro la puerta del baño pega en el inodoro?, ¿porque en los ascensores dicen capacidad 8 personas y entran solo 6 y apretados?, todo se debe a Neufert. A decir verdad, no es su responsabilidad directamente, sino a los que hicieron un mal uso de su información, y utilizando su libro como un arma para matar la calidad de vida. Dentro de su prolongada carrera profesional, Ernst, con el objetivo de normalizar el diseño se dedicó a medir "Todo", y no es una exageración, lo midió todo. Midió al hombre promedio en todas las posiciones posibles, incluso en algunas inverosímiles, además de todos los objetos de la vida cotidiana, compilado en el libro "El arte de diseñar", sus resultados fueron publicados en 1936. Si bien la intención de Ernst era dar una herramienta útil, el resultado no fue el esperado, con un ejemplar en manos de cada arquitecto, en vez de una ayuda se transformó en una religión. En manos de los racionalistas, el libro fue una biblia del diseño, y las medidas mínimas que Neufert enunció, se transformaron en las normales. Puertas de 60 cm de ancho, alacenas de 30 cm de profundidad, mesas de 60 cm de ancho y dormitorios de 2,80 x 2,80 fueron los primeros coletazos de su publicación, cuya interpretación era "si una percha con un saco mide 56 cm el placard no necesita medir mas de 60 cm de ancho". Durante décadas circuló su primera edición que se editó cuando aún no se había inventado la televisión, el resultado fue que era imposible encontrarle un lugar en los hogares y mucho menos en un dormitorio. Aún hoy el fundamentalismo de los arquitectos por Neufert está presente en nuestra vida cotidiana, tanto departamentos de complejos de viviendas sociales como semipisos de 200 metros cuadrados tienen baños diminutos con la misma distribución que hace 80 años. Cada vez que abras una puerta, prendas una luz, cierres una ventana, subas una escalera, tomes una ducha o te sientes a comer, todo lo que tocaste estaba en esa posición gracias a Ernst Neufert.
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