Para los colores se inspiró en los utilizados por French y Berutti para confeccionar las escarapelas durante la "Revolución de Mayo", colores aún vigentes de la dinastía Borbón de España. Si bien había también escarapelas con vivos rojos, Belgrano desistió de utilizarlos ya que eran los utilizados por los ejércitos realistas. Belgrano le encomendó la confección a una vecina de Rosario de nombre María Catalina Echevarría de Vidal, la bandera constaba de solo dos bandas horizontales una blanca superior y una celeste inferior. Belgrano decidió que fuera un civil quien la izara, la tarea recayó en el rosarino Cosme Maciel. Mientras la bandera se elevaba frente a su tropa, Belgrano pronunció una encendida arenga que culminaba diciendo -"juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo "¡Viva la Patria!". Días después, Belgrano fue puesto al mando del "Ejército del norte" y marchó hacia Jujuy. Mientras Belgrano la hacía bendecir por el sacerdote Juan Ignacio Gorriti, desde Buenos Aires dieron la orden de desecharla temporalmente por cuestiones de política exterior. Belgrano envió una carta al Triunvirato diciendo -"La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de nuestras armas". Recién en 1816 el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucumán la adoptó oficialmente como la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
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