Uno de los bastiones de la segunda república española era el país Vasco y como tal, un deseado objetivo de los ejércitos sublevados comandados por el fascista Francisco Franco. A pesar de algunos bombardeos esporádicos pero no menos luctuosos como los de Eibar e Irún, nada hacía sospechar que Guernica, una población netamente civil y pacífica sería el objetivo de un ataque tan brutal y desproporcionado. La mañana del 26 de Abril, la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatían en favor de los sublevados contra el legítimo gobierno Español, perpetraron el brutal ataque. El líder de la operación era el piloto Alemán Wolfram von Richthofen, primo del héroe de la primera guerra mundial, el "Barón Rojo" pero sin su caballerosidad ni hidalguía. La primera oleada fue la llamada "destructiva" que dañó los principales edificios de la ciudad, la segunda fue, la "Incendiaria" que acabo con el 75% de las viviendas de la ciudad y por último la del "bloqueo" que consistía en abrir fuego aéreo de metralla sobre las columnas de civiles que huían hacia los bosques. El saldo de 300 muertos y mas de 1000 heridos para una ciudad de 5000 habitantes era desastroso. La desproporción y el ensañamiento fueron utilizados por los dirigentes de la república para demostrar de que era capaz el fascismo que venía de la mano de Franco, quien se desligo de los hechos responsabilizando al comando aéreo Alemán, sin embargo un batallón Franquista terrestre entro en la ciudad a quemar la documentación del registro civil y la iglesia para imposibilitar el recuento y reconocimiento de los muertos. Artistas de todo el mundo, horrorizados por el hecho decidieron reflejarlo en obras que trascendieran su tiempo para que sean utilizados como propaganda anti bélica. En esa dirección, Pablo Picasso pintó el mural "Guernica" expuesto en París ese mismo año, cuando un crítico alemán se le acercó y le preguntó, "¿Eso lo hizo usted?", Picasso contestó "¡No, lo hicieron ustedes!".
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