Arturo Illia había ganado las elecciones presidenciales estando el peronismo Proscrito, el voto en blanco había sido la segunda minoría, por ello él mismo se sentía un presidente ilegítimo, y legalmente era así. Para remediar ese vacío institucional permitiría que en las siguientes elecciones legislativas el peronismo pudiera presentar candidatos. Su gobierno se caracterizó por la mesura, la austeridad y el consenso, pero con una rectitud y firmeza en las medidas. Como una constante en los procesos democráticos argentinos la Sociedad Rural y la Unión Industrial jugaron un papel desestabilizador, cuando Illia ejerció un severo control de precios, control de cambios, proteccionismo hacia las empresas de capitales nacionales y el congelamiento de los arrendamientos agropecuarios, ambas instituciones se unieron en la "Acción Coordinada de los Institutos Empresarias Libres" para presionar y coaccionar a los demás actores de la economía para hacerle frente. En Diciembre de 1964 Perón hizo un intento de volver al país, pero en un acto incomprensible para un demócrata como Illia, hizo que el avión fuera detenido en Río de Janeiro por la dictadura Brasilera y puesto de regreso en otro avión rumbo a España. Cuando una investigación estatal desnudó las prácticas abusivas de los laboratorios que fraguaban las fórmulas, imponían sobreprecios del 1000% sobre la estructura de costos y giraban las regalías a sus casas matrices, Illia impulsó la "Ley Oñativia", o ley de medicamentos. Esto fue intolerable para el establishment, que asociado con los monopolios de prensa empezaron a mellar su credibilidad y poder. Cuando en las elecciones legislativas, el peronismo ya legal, ganó ampliamente, los altos mandos militares cedieron ante la presión económica. El 28 de Junio de 1966, el General de División Julio Rodolfo Alsogaray, el Jefe de la Casa Militar Brigadier Rodolfo Pío Otero y el coronel Luis Perlinger se presentaron en el despacho del presidente y le exigieron que abandonara el poder. A cambio de ello le garantizaban su seguridad personal, Illia, sin inmutarse, los echó de su despacho aduciendo que él era el comandante en jefe de las fuerzas armadas y por lo tanto el jefe de los tres por lo tanto quedaban relevados de sus puestos. Los tres militares se retiraron pero regresaron con efectivos armados amenazando la vida de todos los empleados de la casa rosada, Illia no tuvo mas opciones y se retiró de la casa de gobierno, al ser escoltado a la calle, como había donado el auto oficial, se tuvo que tomar un taxi hasta su casa. El gobierno militar designo como presidente al ideólogo del golpe, el Teniente General Juan Carlos Onganía, quien abolió las libertades individuales, iniciando un capítulo nefasto de la historia Argentina, había terminado el tiempo de los sueños y llegaba el turno de las pesadillas.
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