Por la última fecha del grupo 3 de la eliminatoria Sudamericana clasificatoria para el Mundial Italia '90, las selecciones de Brasil y Chile jugaban el partido definitorio, debido a los resultados anteriores a Brasil le bastaba el empate para clasificarse, en cambio Chile debía buscar la victoria. El partido se desarrollaba en un clima tenso, pero dentro de lo esperable, a los 4 minutos del segundo tiempo Brasil marcó el 1 a 0, por lo que Chile comenzó a perder la calma. A los 22 minutos del segundo tiempo se ve una humareda en el área Chilena, apenas se puede distinguir al arquero Roberto Rojas tendido en el suelo, a pocos metros suyo, se termina de consumir una bengala. Cuando los primeros compañeros de Rojas se acercan al lugar comienzan a hacer gestos ampulosos al árbitro argentino Juan Carlos Loustau que al llegar ve al arquero bañado en sangre. Un absoluto descontrol se vive en el campo de juego, los jugadores Chilenos fuera de sí, increpan a sus rivales y al árbitro para que suspenda el partido, pero antes que se tome una decisión oficial ellos abandonan el campo de juego llevando a Rojas semidesmayado y cubierto de sangre. La delegación tomó unas fotos de Rojas dentro del vestuario pero no dejó que los médicos de la Conmebol lo revisaran, la salida del micro Chileno hacia el aeropuerto fue caótica pareciéndose mucho a una huida. Al otro día los medios de prensa de Chile, el plantel y los dirigentes de su federación pedían la descalificación de Brasil y su automática clasificación al mundial, pero solo 24 hs después se llevaron una sorpresa. Un fotógrafo Carioca tomó una secuencia completa del incidente donde se ve que la bengala no impacta en Rojas, este al ver el reflejo cerca suyo se deja caer, pero entonces “de donde provenía la sangre?”. La FIFA y la Conmebol dieron por ganado el partido a Brasil, Chile quedó eliminado del Mundial Italia '90 y no se le permitió participar de las eliminatorias para EEUU '94. El arquero Rojas fue suspendido de por vida, al igual que el presidente de la Federación Chilena de Fútbol. Años mas tarde Rojas confesó que en sus guantes llevaba escondido un trozo de Gillette esperando la oportunidad para provocar la suspensión del partido, pero no contó con la foto y con que los médicos se dieran cuenta que su herida era un corte y no una quemadura.
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