lunes, 30 de noviembre de 2020

El 30 de Noviembre de 1946, en Belgrado, República Federativa Socialista de Yugoeslavia, nacía Marina Abramović, una artista conceptual de perfomance que intentando llevar al límite la participación del público generó uno de los hechos mas grotescos y demenciales de la historia del arte.

Marina pertenecía a una familia de fuerte arraigo Serbio, su abuelo había sido proclamado santo por la Iglesia Ortodoxa Serbia y sus padres, Vojo y Dánica, fueron héroes de la resistencia contra la ocupación nazi en la WW2. Marina estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado y obtuvo un postgrado en Academia de Bellas Artes de Zagreb, pese a ser dos institutos tradicionalistas, se interesó por una nueva corriente de expresión, el arte participativo o "Perfomance". El arte de "Perfomance" o "Happenings", fue una corriente surgida en los años '60 donde no hay un objeto artístico en exposición sino que se trata de una muestra escénica dinámica de interacción con el público, donde la improvisación, sorpresa y reacción son los ejes esenciales. Este tipo de muestras generalmente no pasan de pretenciosas, aburridas y anodinas escenificaciones donde nada pasa, por ello se fueron tornando mas provocadoras y riesgosas, como las de sus máximos exponentes, George Maciunas, Joseph Beuys, Wolf Vostell, Nam June Paik y Yoko Ono. Marina quiso irrumpir en ese ámbito con su serie de presentaciones "Rhythm", que empezando por la "N°10" quería provocar la interacción con el público, conforme el número descendía, los riesgos crecían. Comenzó con juegos peligrosos con cuchillos, fuego y drogas, hasta que en 1974 se presentaría "Rhythm N°0", una locura que varios amigos y colegas intentaron suspender pero la determinación autodestructiva de Marina fue imparable. Cuando abrió sus puertas el Studio Morra de Nápoles, los asistentes se encontraron a Marina en el centro de una sala, una mesa con 72 objetos y un cartel que decía "Tiene 6 horas para usar estos utensilios conmigo como quiera, yo soy el objeto". De los 72 objetos, la mitad eran considerados para el placer como, plumas, algodón, pintura, flores, miel, perfume, aceite, vendas, vino, azúcar, agua, peine, pañuelo y espejo, la otra mitad era considerada para el dolor como cuchillo, rama con espinas, hojas de afeitar, martillo, clavos, cadenas, sogas, alambre de púas, hacha, agujas, sierra, fósforos, azufre y un revolver cargado con una bala. Durante la primera hora el público estaba expectante, nadie tomaba la iniciativa, durante la segunda hora comenzó la acción, amistosamente fue besada, acariciada, le rociaron perfume y la peinaron, el primer signo de dominación surgió en la tercera hora cuando fue atada. Durante la cuarta hora se encendieron las alarmas, fue desvestida, comenzaron a rasparla con espinas, le pellizcaban los pezones, la sentaron con las piernas abiertas y la agredieron sexualmente, los encargados de la galería intentaron detener la perfomance pero colaboradores de Marina se los impidieron. En la última hora, todo se salió de control, le cortaron el cuello y comenzaron a beber su sangre, por último y casi como broche de oro, un asistente se animó a tomar el revólver y lo puso en el cuello de una inmóvil Marina, otro asistente increpó al portador del arma y todo terminó en una batalla campal. Al cumplirse las 6 horas, Marina entre lágrimas abandonó la quietud y ensangrentada avanzó hacia sus agresores que huyeron despavoridos. Marina no volvió a hacer una acto semejante, a partir de allí realizó perfomances mas relacionados con la interacción catalizadora de arte y no con la provocación, hecho por el que fue mas respetada a nivel mundial.


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