Kennedy había heredado de su predecesor Eisenhower el plan de invasión de la isla de Cuba por parte de mercenarios locales y con apoyo de la CIA, sin estar convencido decidió continuar con el plan. La mañana del 17 de abril de 1961, cuando los invasores se acercaban a la costa, aviones de los EEUU camuflados como cubanos bombardearon aeropuertos e instalaciones de la Isla, sin embargo la invasión de playa Girón fue un estrepitoso fracaso. Kennedy quedó expuesto y suspendió toda acción directa contra Cuba enfureciendo a los militares y al departamento de estado. A finales de 1961, Kennedy sin voz ni voto tuvo que aprobar un descabellado plan ideado por la CIA llamada "Operación Mangosta" cuyo objetivo era llevar a cabo operaciones clandestinas en suelo cubano para derrocar a Castro. Bajo la supervisión de William Harvey como Jefe de la Cuban Task Force, las acciones se iniciaron en marzo de 1962, e incluyeron envenenamiento de cosechas, contaminación de cursos de agua, sabotaje de plantas de energía y plantas potabilizadoras, infiltración en grupos religiosos, confiscación de activos en los EEUU, interferencia de comunicaciones, atentados e innumerables intentos de asesinar a Castro. En octubre de 1962 se desencadena la "Crisis de los misiles", Kennedy jaqueado y sobrepasado por la situación se dio cuenta que todo ese despilfarro de recursos no pudo evitar el endurecimiento del gobierno cubano y el 30 de noviembre canceló definitivamente la operación. Bajo otras agencias y otros presidentes las operaciones clandestinas nunca cesaron, siendo las más aberrantes el hundimiento de botes con agentes biológicos (fiebre porcina) y químicos contaminantes en los cursos de agua potable.
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