El 16 de Diciembre de 1944, en la zona de Eifel, frontera oeste de Alemania se libraba la batalla mas grande y sangrienta del frente occidental, ese día tropas alemanas iniciaban una ambiciosa ofensiva recordada como la “Batalla de las Ardenas”.(EH)

Con el frente oriental casi perdido, Hitler decidió reforzar temporalmente un línea defensiva con la URSS y dedicarse a contraatacar a las fuerzas aliadas que avanzaban desde Normandía. Con el escepticismo de sus generales, Hitler recompuso las divisiones necesarias para un ataque tipo “Blitzkrieg” (Guerra relámpago), reclutando a los “Volksgrenadier” (Ejercito del pueblo), por soldados dados de baja, veteranos y reclutas anteriormente considerados demasiado jóvenes o demasiado viejos para combatir. Todos fueron entrenados intensamente por 3 meses para sumarse al ejército formal, juntos superaban los 200 mil hombres, se pusieron a disposición de la avanzada casi la totalidad de las fuerzas blindadas disponibles, las plataformas de misiles V1 y Vs, y la toda la artillería pesada móvil. El lugar elegido fue un frente de 140 km cerca de la frontera con Bélgica donde el lento abastecimiento de insumos al frente aliado y la llegada del invierno había detenido su avance. La ventaja alemana eran la superioridad en blindados y efectivos, unos 5 a 2, y el factor sorpresa, para conservarlo no permitieron reconocimientos de la Luftwafe. La madrugada del 16 de Diciembre la artillería alemana tomó por sorpresa las posiciones del frente aliado y los misiles V1 y V2 destrozaron la retaguardia. Las tres columnas del avance blindado aniquilaron las débiles líneas de defensa, los -30º de temperatura y el territorio boscoso retrasaron la retirada y permitieron que las divisiones Panzers alemanas masacraran a miles de Americanos. Lo que en un principio perjudicó a los americanos ahora perjudicaba a los alemanes, el rápido avance retrasaba el abastecimiento de municiones y combustible por lo que el avance se detuvo. Esto permitió que los EEUU enviaran mas de medio millón de refuerzos al mando del general Patton y que su Us Air Force reforzada por la Royal Air Force destrozaran las precarias líneas de abastecimiento. Aislados de su retaguardia y ya sin esperanzas de empujar a los aliados nuevamente hacia el Canal de la Mancha, las tropas alemanas se rindieron, muchas de ellas fueron capturadas y no pudieron regresar a Alemania, sellando el destino del frente occidental.