El local bailable, propiedad de una sociedad fantasma radicada en Uruguay era administrado por Rafael Levy, quién a su vez lo alquilaba al empresario Omar Chabán. Chabán era el empresario mas conocido del Rock en Argentina, fue el dueño del café Einstein y de la discoteca Cemento, plataforma de lanzamiento de todas las bandas Argentinas de Rock & Roll. El local de “Cromañon” había sido inaugurado en Abril de 2004 con un recital de “Callejeros”. Según su habilitación, tenía una capacidad máxima de 1030 personas, sin embargo esa noche había mas de 4.500 personas. La habilitación de bomberos de la policía federal estaba vencida, por ello Chabán pagaba un soborno diario a la comisaría de la zona para que evitaran hacer los controles de habilitación, ingreso y venta de alcohol. 5 días antes de la tragedia en un recital de la banda “La 25” hubo un principio de incendio por pirotecnia que había sido sofocado por milagro. Por ello antes de iniciarse el recital de “Callejeros”, Chabán por los altoparlantes hizo un pedido para que no se utilizara pirotecnia, terminado el aviso, el líder de la banda, patricio Fontanet, dijo: “-No sean pelotudos, si alguien prende algo acá, nos morimos todos”. A las 22:50 una bengala llamada “tres tiros” cayo sobre la media sombra interna que sostenía material aislante y se prendió fuego. Los materiales aislantes ardiendo generaron “Cianuro de Hidrógeno”, “Dióxido de carbono” y “Acroleína” de gran toxicidad. La muchedumbre que pugnaba por salir se encontró con las 6 pequeñas puertas de entrada abarrotadas y ocasionando muertes por aplastamiento, mientras que las 2 puertas de emergencia se encontraban cerradas con candados. El incendio se apagó solo rápidamente provocando que el ambiente se enfriara y el humo tóxico descendiera matando a la mayoría de los atrapados. La tragedia provocó cambios económicos, los locales para recitales chicos y medianos, cerraron o no volvieron a ser habilitados. Trajo también cambios culturales, los espacios under donde crecía y se desarrollaba el zócalo musical de la ciudad de Buenos Aires desaparecieron. Omar Chabán, máximo responsable de la tragedia recibió una tardía condena a 20 años de prisión, aunque murió sin completarla, el resto de los músicos, policías, funcionarios, bomberos y empresarios involucrados recibieron penas irrisorias o directamente la absolución. Hubo un golpe institucional en la legislatura que cambió para siempre el mapa político de la ciudad de Buenos Aires, aunque las habilitaciones fraudulentas, coacción gubernamental, coimas, y desidia siguen ahí latentes esperando sus próximas víctimas.
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