En esas primeras décadas del siglo XX el sur mendocino reunía a empresarios, profesionales y periodistas con los primeros líderes sociales y con bandidos populares, Rodolfo Iselin, de origen francés e ideología conservadora, impulsó diversas iniciativas agricolas, el doctor Teodoro Shestakof, exiliado de la Rusia zarista y liberal según los cânones de entonces, era el médico más conocido del sur, Francisco Salonia, proveniente de Buenos Aires, se instaló en Alvear para dirigir el periódico Nueva Epoca; y el italiano Valentin Bianchi fue, a la ser, destacado bodeguero de San Rafael y baluarte local del socialismo: dos veces resulto concejal por el partido de Juan B. Justo. Favorecia la movilidad social el que las familias palieran enviar a sus hijos a las universidades de Córdoba, Buenos Aires o La Plata, ya que en Mendoza todavía no existía una.Las inquietudes culturales eran expresadas por poetas como Alfrede Bufano y Rafael Mauleon Castillo, el primer ganador del premio nacional de Poesia en 1934 y el segundo, nacido en Buenos Aires, editor de la revista Brigadas Léricas, en la que dio a conocer la obra de Vachel Lindsay y René Char, entre otros. Todos los nombrados formaban la elite del sur, junto con oficiales del ejército, politicos, funcionarios y comerciantes, y compartian tertulias en el Jockey Club de San Rafael, centro de reuniones de los dirigentes locales. El sur de Mendoza era también puerta de contrastes. La intensa actividad económica de los oasis se contraponia al inmenso desierto, casi deshabitado. Algunas familias lograban reunir grandes fortunas en medio de masas de inmigrantes pobres. Y además de los ciudadanos preocupados por el progreso de la comunidad estaban los marginales e inadaptados, como el bandido Juan Bautista Bairoletto que. cansado de huir de las policias de Buenos Aires y La Pampa, se estableció en Alvear, un lugar atractivo y suficientemente alejado
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
domingo, 3 de marzo de 2024
Cruce en vehículo del Río Atuel. (c.1925) San Rafael. Provincia de Mendoza. Foto: Juan Pí
En esas primeras décadas del siglo XX el sur mendocino reunía a empresarios, profesionales y periodistas con los primeros líderes sociales y con bandidos populares, Rodolfo Iselin, de origen francés e ideología conservadora, impulsó diversas iniciativas agricolas, el doctor Teodoro Shestakof, exiliado de la Rusia zarista y liberal según los cânones de entonces, era el médico más conocido del sur, Francisco Salonia, proveniente de Buenos Aires, se instaló en Alvear para dirigir el periódico Nueva Epoca; y el italiano Valentin Bianchi fue, a la ser, destacado bodeguero de San Rafael y baluarte local del socialismo: dos veces resulto concejal por el partido de Juan B. Justo. Favorecia la movilidad social el que las familias palieran enviar a sus hijos a las universidades de Córdoba, Buenos Aires o La Plata, ya que en Mendoza todavía no existía una.Las inquietudes culturales eran expresadas por poetas como Alfrede Bufano y Rafael Mauleon Castillo, el primer ganador del premio nacional de Poesia en 1934 y el segundo, nacido en Buenos Aires, editor de la revista Brigadas Léricas, en la que dio a conocer la obra de Vachel Lindsay y René Char, entre otros. Todos los nombrados formaban la elite del sur, junto con oficiales del ejército, politicos, funcionarios y comerciantes, y compartian tertulias en el Jockey Club de San Rafael, centro de reuniones de los dirigentes locales. El sur de Mendoza era también puerta de contrastes. La intensa actividad económica de los oasis se contraponia al inmenso desierto, casi deshabitado. Algunas familias lograban reunir grandes fortunas en medio de masas de inmigrantes pobres. Y además de los ciudadanos preocupados por el progreso de la comunidad estaban los marginales e inadaptados, como el bandido Juan Bautista Bairoletto que. cansado de huir de las policias de Buenos Aires y La Pampa, se estableció en Alvear, un lugar atractivo y suficientemente alejado
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