sábado, 2 de marzo de 2024

Manifestación Política recorriendo las calles de la Ciudad de San Rafael. (c.1925) Provincia de Mendoza. Foto: Juan Pí


La consolidación de la frontera y la marginación definitiva del indio abrió paso a la explotación económica, por parte de los blancos, de estancias tan extensas como pobres en vegetación y agua. Eran manejadas por criollos que vivían en puestos aislados y esporádicamente llegaban a las ciudades por caminos casi intransitables. En las cercanías de estas, en cambio, se asentaba la agricultura intensiva bajo riego, que estaba en manos de colonos europeos y constituyó la base de la futura riqueza. La mentalidad peculiar del sur combinaba, pues, en la inestable vitalidad de la sociedad de frontera, el aislamiento de los puesteros y el empuje tenaz de los colonos, Estos comenzaron a llegar, como inmigrantes de ultramar y en cantidades importantes, en las primeras décadas del siglo XX. Se instalaron en una zona rica en recursos naturales, que estaban prácticamente inexplorados y, por ende, inexplotados. El sur mendocino se convirtió en la tierra del porvenir para estos colonos, muchos de los cuales dieron muestras de una vocación empresarial que se canalizó a la minería, la agricultura, la ganadería o la agroindustria. La zona de Malargüe atrajo a mineros que, condicionados tanto por la falta de estudios de prospección como por el espejismo de leyendas fabulosas, del estilo de la ciudad de los Césares, se animaron a lanzar empresas a menudo encaminadas al fracaso. Con el andar del tiempo se alcanzó un equilibrio entre fantasía y realidad, y se consolidó una minería de veso, fluorita, baritinia, manganeso, asfalto, cobre, hierro y uranio. Mientras la ganadería extensiva de cabras y ovejas constituía la pervivencia de la cultura tradicional en un medio que avanzaba hacia la modernidad, esta estaba representada por la actividad agrícola y agroindustrial que floreció, principalmente, en torno de las ciuda desde San Rafael y Alvear. Basadas en el riego, prosperaron fincas (nombre de época que se ha conservado) dedicadas al cultivo de frutas y hortalizas y, sobre todo, de la vid. Y casi inmediatamente se instalaron bodegas y plantas de conservas. El crecimiento de la producción dio lugar a una importante demanda de mano de obra, satisfecha en su mayor parte por inmigrantes de Europa. Junto con las actividades agroindustriales, se desarrolló la industria de la construcción y se crearon empresas de servicios, al tiempo que también comenzaba a asomar una vida cultural.



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