sábado, 29 de septiembre de 2012

Deportivo Godoy Cruz, Campeón por cuarta vez del Campeonato de la Liga Mendocina de Futbol de 1ra. División (año 1951) Mendoza.


Con 23 jugadores cumplió una excelente campaña y de ellos solo 7 no salieron de sus divisiones inferiores .
Como guarda-vallas lo hicieron Jesús Aleo y Alfredo Saiz . 
 Raúl Frigolé, Lucio Izpura,  Fernando Garello, Carlos Prats, Bartolucci, Luis Méndez, Gregorio Garín, Agustín Lucero, Martín Ananua, Daniel Aracena, Americo Santaclera, Roberto Carabajal, Juan Carlos Gomez, Luis Amaya, Pedro Verge, Domingo Godoy, Orlando Cipolla, Juan Antonio Roco, Rodolfo Allemany, Luis Astudillo, Miguel Aguirre 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Origen del nombre Argentina


Luego de cumplir funciones en Asunción, Cochabamba, Lima y Tucumán, entre otras, arribó a Buenos Aires en 1593 el sacerdoteMartín del Barco Centenera para asumir como el máximo representante de la Iglesia local. Era un hombre de copas tomar. En sus encuentros con el alcohol, casi siempre ganaba el vino; y si empataban, igual Martín perdía en los penales. Fue procesado por emborracharse en lugares públicos, dar espectáculos “abrazándose a botas de vino”, andar vociferando relaciones prohibidas y también por dedicarse al comercio.
Expulsado de América por sus atropellos, regresó a Europa en 1596.Allí escribió el poema titulado “Argentina” que dio origen al nombre de nuestro país. La intención de Centenera fue darle un nombre poético a su obra referida al territorio del Río de la Plata y el Paraná. Se decidió por Argentina debido a que el argentum es la forma latina de mencionar el mineral que hoy llamamos plata. En sus descripciones del Plata menciona sirenas cantantes, ciudades sumergidas en lagunas, peces anfibios que perseguían mujeres y mariposas que se transformaban en ratones.
El hombre que inventó el nombre de nuestro país, murió a los 67 años, en 1602, el mismo año en que se publicó su obra.
Dos siglos después, en 1808, Vicente López y Planes volvió a usar la palabra Argentina en un nuevo poema que cantaba loas a nuestros héroes en las invasiones inglesas. Fue su primera obra reconocida y se llamó “El Triunfo Argentino, Poema Heroico”. Durante años estos versos se leyeron en las tertulias de Buenos Aires.
A partir de 1826, los sucesivos gobiernos emplearon el nombre con mayor o menor formalidad hasta que en 1860 el presidente Santiago Derqui decretó la utilización de “República Argentina” en forma oficial y definitiva.
 Gentileza de Daniel Balmaceda


martes, 25 de septiembre de 2012

1ra. Carrera Automovilística de la Montaña y la Nieve. (año 1972) Mendoza.

Instantes de largada de la tercera serie de los vehículos de mayor cilindrada. Esta carrera se corría en el circuito de Papagallos. El Challao


domingo, 23 de septiembre de 2012

Obras Sanitarias, Campeón Mendocino Infantil Femenino de Hockey sobre Césped. (año 1979) Mendoza.

Integrantes: María Eugenia Nieto, Liliana Cáceres, Gabriela Rizza, Nancy Lorenzi, Gabriela Lorenzi, Andrea Carranzani, Laura Puertas, Mariana Tedín, Carla Tarquini, Sandra Porras, Vilma Nicastro y Analía, Mariela, Viviana y Fabiana Epis.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Plaza Independencia (año 1880) Ciudad de Mendoza.

En sus primeros años, la Plaza que llamaban Parque, estaba demarcada por una balaustrada y tenía en el centro un lago artificial, que era su mayor atracción. Para los chicos funcionaba una calesita tirada por un caballo. La Plaza se erigía como símbolo de encuentro de una pujante ciudad. Para evitar accidentes fatales, en 1886 el lago es reemplazado por una fuente ornamental, que se retira en 1927, cuando se coloca la piedra fundamental del nuevo Palacio de Gobierno. La obra queda paralizada, luego de su primera etapa, debido a la imposibilidad de financiación cuando ya se había construido el subsuelo.
En 1941 se inician los trabajos de remodelación en base al proyecto del Director de Parques, Calles y Paseos, Arq. Daniel Ramos Correas. En 1945 es llevado al corazón de la Plaza el Museo de Ciencias Naturales, que actualmente se ubica en el Parque San Martín (Playa Serrana). Luego, en 1968 es inaugurado el Miniteatro Municipal en el sector norte del subsuelo de la Plaza. La terraza del teatro fue varias veces escenario del espectáculo Vendimial de la Ciudad de Mendoza.
Durante la gestión del Dr. Víctor Fayad se comunica la Plaza con la Avenida San Martín mediante el Paseo Sarmiento, se inaugura la remodelación del Museo Municipal de Arte Moderno y se refacciona el teatro Julio Quintanilla. El 5 de mayo de 1995, luego de nuevas obras de remodelación, es inaugurada la Plaza, proyecto de la Arq. Nilda González, adecuada a los requerimientos de uso sin modificar el carácter de identidad que adquirió hace más de 50 años.
El espacio donde se ha ejecutado la renovación consta de una superficie de 55.000 metros cuadrados, de los cuales 980 metros cuadrados son producto de haber incorporado para la circulación y como espacio verde, el estacionamiento que existiera frente al Plaza Hotel y Teatro Independencia.
Por ser la plaza Independencia un patrimonio cultural de la ciudad de Mendoza, el proyecto encarado por la comuna se encuadró dentro de los parámetros propios de una reparación y adecuación a los actuales requerimientos de uso, sin que se modificaran el carácter y la identidad que adquirió hace más de 50 años y que ha llegado hasta nuestros días.


jueves, 20 de septiembre de 2012

Sargento, el Perro Fiel (1880)


Entre los perros de nuestra historia figuró Sargento, del Fuerte General Paz, en la década de 1880. Sargento, de raza callejera y muy inteligente, era un fiel custodio nocturno del rancho del comandante. Colaboraba en salir de caza cuando la comida escaseaba. Y podía atrapar una liebre y entregarla a los soldados que, en muchos casos, mandaban a Sargento a la cucha. El perro obedecía sin chistar y sin recompensa.A las siete de la tarde se anunciaba el momento de rezar. Los soldados del fortín se descubrían, muchos se arrodillaban, todos agachaban su cabeza.Sargento, entonces, se sentaba y miraba hacia el piso, como si estuviera rezando.
En el campo de batalla era muy bravo. En uno de esos habituales entreveros, Sargento quedó tendido e inmóvil en el campo de batalla, sin moverse, junto a un charco de su propia sangre. Cuando terminó el combate, el cabo Ángel Ledesma regresó a donde había caído el compañero canino. Descubrió que respiraba y lo cargó en las ancas de su caballo. En el fuerte, él y su anciana madre, Mama Carmen, se encargaron de cuidarlo.
El Rin Tin Tin criollo se hizo muy amigo de su salvador. Paseaban juntos y por las noches el negro iba a visitar al perro a su guardia, frente al rancho del comandante. Sargento se separaba unos metros de la puerta del rancho para estar con su mejor amigo. Ni al cabo Ledesma le permitía que se acercara por la noche a la casita del coronel.
Durante una salida de relevo de reclutas, en la que participaban Mama Carmen y el cabo Ángel, la patrulla fue emboscada. Allí, un indio hirió mortalmente a Ángel Ledesma. Mama Carmen se lanzó hecha una furia sobre el agresor. La negra y el indio se revolcaban por la tierra, en un combate feroz que paralizó a los demás. Mama Carmen mató a quien había matado a su hijo. Luego cargó el cadáver del negro Ángel en un caballo y se dirigió al Fuerte General Paz, donde Sargento se enteró de la noticia.
A partir de aquel funesto hecho, dejó de verse al Rin Tin Tin criollo de día. Sólo aparecía al atardecer, cuando llegaba el tiempo de custodiar la casa del comandante. Intrigados por la constante desaparición del perro durante el día, un par de soldados lo siguieron y descubrieron lo que ocurría: si bien Sargento vigilaba de noche el rancho del comandante, de día se alejaba para postrarse junto a la tumba del cabo Ángel Ledesma, donde custodiaba, de manera impasible, el descanso eterno de su héroe.






martes, 18 de septiembre de 2012

El chocolate Perón el mejor chocolate (año 1858)


 Un francés no sabía cómo hacer para ganar algún dinero, cosa que les ocurre a muchos frances y aun a los que no lo son.



En tal emergencia inventó fabricar un chocolate especial y gastó hasta su último centavo en poner anuncios en los diarios.




Pero como sus medios eran escasos, los anuncios no podían ser ni muy largos ni muy explicativos y hubieron por fin de reducirse a un simple renglón que decía:




“El chocolate Perón es el mejor chocolate”.




Todos los habitantes de París primero, los de Francia después y los lectores de los diarios franceses de todo el mundo, leyeron durante años, el magistral anuncio y como los hombres tienen mucho de monos, verdad que se ha reconocido aun antes que Darwin demostrara nuestro parentesco con esos animales, todos a una leían y repetían: el chocolate Perón es el mejor chocolate.




Sea que fuera la costumbre de oír y repetir la mencionada afirmación, sea que alguien la tomara como verdad admitida, desde el primer momento, lo cierto es que por esa especialidad del género humano que consisten en hacer verdad de lo que no es a fuerza de repetirlo, llegó un día en que todos se convencieron de que, en efecto, el chocolate Perón era el mejor chocolate.




El anuncio sin contradicción había hecho su efecto; la casa de Perón era un verdadero jubileo y el mencionado Perón, expedía por precios fabulosos, una infame mercancía.




Hubo más, desde Madrid, que es la ciudad en que indudablemente se toma más chocolate, se solicitó facturas del señor Perón y una sucursal fué establecida en aquella corte y la reina no tomaba otro chocolate que el de Perón; comenzó la falsificaicón y hasta los mismos chocolateros que confeccionaban chocolate mejor que el de Perón, se vieron obligados a poner el rótulo francés a su chocolate, pues no tomando nadie sino chocolate de Perón, se exponían a quebrar si se obstinaban en vender otro chocolate.




El Papa, que también por aquella época tomaba chocolate Perón, viendo el éxito fabuloso obtenido por aquel anuncio lacónico y que importaba una sentencia, decidió usar el mismo método para afirmar su gobierno y ordenó a todos los papistas de la tierra, que no se cansaran de escribir y repetir esta frase plagiada del anuncio del chocolate: “el gobierno del Papa es el mejor gobierno”.




Pero los plagios suelen hacer una triste carrera, comparada con la que hacen las ideas primitivas y así, aunque durante muchos años, todos los periódicos ultramontanos decían: “el gobierno del Papa es el mejor de los gobiernos” y todos los devotos de la tierra repetían lo que esos diarios afirmaron, el gobierno del Papa no ganó muchos nuevos prosélitos.




En Buenos Aires, durante la lucha electoral que ha concluído, felizmente, por más que no lo confiesen los opositores de la prensa, hemos tenido la repetición del anuncio de Perón, aplicado con un éxito lamentable, a la política de la época.




Eduardo Wilde, agosto de 1874.

(pags. 180 a 182, Tiempo Perdido, Eduardo Wilde, Ediciones Jackson, circa 1900)




(hallazgo de Andrea Iriart Urruty.)

lunes, 17 de septiembre de 2012

Lechería La Estrella, del Sr. Julián Gómez. Arístides Villanueva 347, Ciudad de Mendoza (año 1922).

Lechería LA ESTRELLA se estableció  en el año 1922, la leche era traída diariamente desde el Departamento de Tunuyan donde la calidad de los pastos  facilitaba la obtención de un producto rico en materia grasa y de un poder alimenticio superior. Los pedidos a domicilio se realizaban en Arístides Villanueva 347, donde se atendía al público.
En la imagen uno de los vehículos utilizados para el reparto diario de leche




sábado, 15 de septiembre de 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

Inauguración del Obelisco 23 Mayo 1936 - Buenos Aires - Argentina



Aquí, un video de tres minutos para conocer la historia del monumento más emblemático de la Ciudad de Buenos Aires. Puede verse en pantalla completa.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Publicidad Gráfica de Coñac OTARD-DUPUY (año 1956) Mendoza.


El 17 de abril de 1929 Otard Dupuy decide la creación en Buenos Aires de una sucursal o filial de la misma. Hasta 1931, los técnicos de la Maison son atraídos por el conocimiento de los vinos de la región de Cuyo en especial los sanjuaninos, en los que encuentran cualidades óptimas para la crianza del coñac, por su clima seco y con poca humedad.
Como resultado de esta entrevista firman convenio la casa Otard Dupuy la cual aportará maquinarias, toneles y técnicos, y la casa Cinzano, la materia prima, operarios, infraestructura, pagos impositivos, etc.
A partir de una visita que realiza a la Argentina René Elie, en busca del conocimiento del vino de nuestros país y su recorrida por San Juan, se comienza en 1931 las tratativas industriales de fabricación del Coñac, en el establecimiento Santa Victoria, de San Juan, perteneciente a la sociedad Francesco Cinzano. Atraídos por la calidad de los caldos que se producen en San Juan se decide enviar a manera de prueba alambiques o aparato de destilación Charantais en que parte de Francia un 8 de abril de 1931. Este equipo serviría de modelo para los nuevos equipos que fabricó la metalúrgica de J. Méndez con mano de obra local en la provincia de San Juan. 
Aunque la inauguración estuvo prevista para fines de 1931, se abre recién a la llegada del francés Guy Jaulin, quien fue elegido un 28 de febrero de 1933 por la Maison Otard Dupuy para ocuparse de la destilería en San Juan.
El 17 de mayo de 1933 se comenzaron los ensayos a partir de destilados de vinos producidos con uvas de la zona determinándose que las variedades ideales eran Cereza y la Criolla.
Entusiasmados por los halagüeños resultados obtenidos, deciden emprender la producción a escala comercial e inician entre 1933 y 1937 la construcción de los dos primeros cuerpos de piletas del sótano de añejamiento para los cascos del coñac que se encuentran bajo la actual destilería. El primer reparto fue de 2.200 cajas hacia 1935.
En 1936 se instalan los nuevos alambiques, con iguales características pero fabricados en San Juan. De igual manera se van agregando otros hasta que en 1950 se llega a la cantidad de 18 alambiques en total con una capacidad de destilación de 65.000 litros de vino por día.
Ente 1943 y 1949 se construyen un tercero y un cuarto cuerpo de piletas para el añejamiento del coñac.
En 1948 asume la dirección técnica de la destilería Ricardo Glenisson, francés nacido en la región de Cognac, donde cursó estudios y obtuvo experiencias de crianza de esta bebida.
En 1978 la destilería ocupa una superficie de 3.400 metros cuadrados. Consta de una batería de destilación de 18 alambiques tipo Charantais de cobre. Los sótanos tienen una capacidad para albergar 6 millones de litros de aguardiente depositados en pipones, cubas y toneles de roble de limousin.
En 1995 la campaña de destilación alcanzó 2.500.000 litros de vino destilado. La marcas "Coñac Otard Dupuy", "Coñac Reserva San Juan" y "Ramefort Gran Reserva" difieren entre sí únicamente por la edad de los mismos contando el primero con dos años, en el segundo con cuatro años y en el tercero con más de 10 años de añejamiento.
El primer argentino al frente de la destilería fue Carlos de Castro desde los años 70 hasta el 2002 siendo gerente el ingeniero agrónomo Guillermo Re cuando Cinzano vendió a Destiladora Internacional. De ahí siguió el enólogo Juan Carlos Morandi. Hoy la planta está paralizada.


Jaquemin



La historia de los hermanos Jaquemin debe ser muy rica por cierto pero lamentablemente no hay escritos y se conoce muy poco de ellos. Quise averiguar por sus descendientes pero no tuve suerte porque no están radicados en la provincia. Lo que rescaté es de comentarios de algunos enólogos de bodega. Al parecer los hermanos franceses Jaquemin, Pedro Gerard y Julian Enrique, llegaron a la provincia e instalaron una destilería en Rivadavia para la producción de coñac. Se dice que se separaron, prosiguiendo Pedro con la empresa y Julian como técnico en la Otard-Dupuy instalada en Cinzano San Juan.

La destilería Jaquemin producía un aguardiente de primera calidad y contaba con 6 destiladores y 4 redestiladores traídos de Francia. Eran los más grandes alambiques vistos ya que eran largos con 13 metros de longitud. Todos tenían una capacidad de 3.500 litros. Además habían 4 mil vasijas de roble de limousin donde se añejaba el coñac. Con una gran capacidad de ingenio, construyeron una gran torre donde almacenaban el agua que tomaban desde las acequias de riego. Desde allí por gravedad el agua bajaba para refrigerar sus tanques y para el lavado del establecimiento, volviendo el agua a las acequias y de allí se bombeaba al tanque de nuevo. Sus finos coñac salían al mercado con la marca "Pedro Jaquemin" pero también se le vendía a Otard Dupuy y Bols entre otras empresas. Lamentablemente la firma cerró, se vendieron hace unos años sus últimos coñac añejados y hoy sólo quedan ruinas del establecimiento.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las 19 maestras que se graduaron en Buenos Aires, en 1912. Egresadas del Colegio Magisterio


Un dato mas: El primer maestro del que se tiene noticia en Buenos Aires fue Felipe Arias de Mansilla, que por licencia del Cabildo a partir del 28 de Julio de 1608 enseñaba a leer por cuatro pesos y medio y a escribir por nueve, pagaderos por tercios, en moneda de plata. 
En 1614 el precio se redujo mucho, porque Juan Cardoso Pardo obtiene la plaza enseñando a leer por medio peso, a escribir por uno, y a escribir y contar por peso y medio.

Gentileza del Historiador Daniel Bakmaceda

martes, 11 de septiembre de 2012

Escuela número 61 Republica del Perú. Ubicación Hungría y Anzorena, Departamento de Godoy Cruz (foto año 1972) Mendoza.


El origen de la palabra Perú es muy dudoso. Afirmase que procede del de una isla  pequeña llamada por los indígenas Pelú o Petú. Los cronistas de la conquista consignaron Birú, Pilú, Pelú y Pirú. La existencia del Perú era conocida en casi toda la América de Sur antes de que los Españoles llegaran a sus costas. Balboa tuvo vagas noticias del Perú y en 1519 Pizarro empezó a navegar en dirección sur. El descubrimiento de estas tierras fué planificado por Francisco Pizarro y Diego de Almagro. En la isla del Gallo donde se detuvo la expedición, Pizarro trazó una raya en la arena y dijo que la cruzacen 
los que querían terminar la empresa. Trece hombres pasaron la linea y se quedaron con el jefe, esperando refuerzos que llegaron con Bartolomé Ruiz. Al arribar a las costas de Perú los españoles comprendieron que se hallaban en presencia de un poderoso imperio y regresaron a España en busca de refuerzos. En 1531 se reanudó la conquista del Perú, los españoles con audacia y valentía aprisionaron al inca Cajamarca.
Fueron 180 españoles  los que se apoderaron de Atahualpa, frente a 30.000 indios armados y así comenzaron a gobernar a varios millones de hombres. El 15 de Noviembre de 1533 lograron entrar a la ciudad de Cuzco, con lo que puede considerase terminada la conquista del Perú. El 18 de Enero de 1535 fundó la Ciudad de los Reyes en la aldea del cacique Lima, en el valle del Rimac.
Los fundadores eran 70, luego Carlos V daba a la ciudad un escudo. El primer virrey que tuvo Perú inició su mandato en 1544 y la Universidad de San Marcos fué creada en 1551 .
En 1545 Lima asumió la función de capital religiosa con la creación del arzobispado y en 1570 inició sus tareas el tribunal de la Inquisición. Las enormes riquezas en metales preciosos acumuladas por los indígenas permitieron la edificación de una ciudad suntuosa . La independencia de España llegó para el Perú con el general Argentino José de San Martín, el 8 de setiembre de 1820 llegaron a Paracas veintitrés buques con 4000 soldados , no bién desembarcados se le incorporaron millares de revolucionarios, y muchas poblaciones peruanas se pronunciaron por la independencia. El sur era la región mas reacia, Alvarez de Arenales venció a los españoles en Pasco, San Martín dictó entonces el reglamento provisional y entabló negociaciones para lograr la paz con España.San Martín no se apresuró a ocupar Lima y con toda tranquilidad entró en la ciudad el 28 de Julio de 1821 y proclamó la Independencia de Perú

lunes, 10 de septiembre de 2012

Brevísima Historia del Matrimonio

     
Gentileza: del Historiador Daniel Balmaceda

En tiempos dEn tiempos de Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso, Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).

No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar. No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.

Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quien terminó peleando en las filas de Güemes.

El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció la obligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.

Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.

Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza. Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.

El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.En tiempos de Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso,Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).
No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar.No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.
Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quienterminó peleando en las filas de Güemes.
El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció laobligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.
Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.
Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza.Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.
El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.Colón, si un español quería casarse en América, debía valerse de las normas dictadas por la Iglesia (en el Concilio de Trento) y el Estado (las Partidas de Alfonso el Sabio). El problema era que esas normas no consideraban la unión con las nativas americanas. Por eso,Fernando el Católico autorizó en 1514 el matrimonio entre españoles e indios (manteniendo el límite de edad establecido por las Partidas: 14 años para los varones y 12 para las mujeres).
No todos podían formar una familia en tierras americanas. Por ejemplos, estaban prohibidas las uniones entre indios y negros. Esta norma no apagó las pasiones y en Buenos Aires tuvimos, en 1790, un caso “Camila O’Gorman” entre la mulata Manuela Rosalinda (26 años) y el indio José Valentín Salazar (25). Huyeron hasta que fueron capturados en Pilar.No los ejecutaron, pero ambos recibieron penas y él fue alejado de la ciudad.Tampoco podían casarse los funcionarios representantes ejecutivos de la corona española, ni los jueces. En este último caso se consideraba que, al contraer matrimonio con una dama de la sociedad en donde impartía justicia, se corría el peligro de recibir presiones. Aquí también tuvimos una historia de amor truncada. La protagonizó el primer virrey del Río de la Plata y gobernante ejemplar, don Pedro de Cevallos, quien se enamoró de la porteña María Luisa Pinto. En este caso, el desenlace tuvo los condimentos novelescos, ya que Cevallos renunció a su cargo, partió a España a solicitar el permiso real para casarse y murió envenenado antes de llegar a la corte. En Buenos Aires, María Luisa daba a luz a Pedrito Cevallos, quienterminó peleando en las filas de Güemes.El 23 de marzo de 1776 -meses antes de que Cevallos se enamorara- se estableció laobligación del permiso paterno para que pudiera llevarse a cabo la boda. Hasta ese momento, los padres solían interceder en las uniones que no aprobaban acudiendo a la justicia, donde intentaban probar que existía algún impedimento. Esta norma facilitó el trámite a los suegros disconformes.Mariquita Sánchez escribió que en su juventud eran comunes los casos en que el padre arreglaba el casamiento de su hija, quien se enteraba apenas cuatro o cinco día antes de que se concretara. Ella misma protagonizó uno de los grandes escándalos sociales cuando durante la fiesta de esponsales (o de compromiso) dada en su casona, con apenas 14 años se negó a aceptar el candidato que su padre había elegido para yerno. Aclaremos que ella estaba enamorada del joven Martín Thompson y su padre pretendía casarla con un señor de 36 años mayor que ella. La justicia virreinal tomó parte y, luego de tres años de expedientes se dictaminó que podría concretar su casamiento.Es necesario aclarar que la fiesta de esponsales solía tener más brillo social que el festejo del casamiento. Se consideraba que luego de una fiesta de compromiso estaba todo dicho y muchos padres ya no actuaban como perros guardianes de la hija que ya había pasado por el trámite de los esponsales (de paso, aclaramos que las palabra esposos proviene de los esponsales). A partir de la fiesta de compromiso, el plazo para que el novio concretara la boda era de dos años. Si no cumplía, podía ser obligado a pagar una dote o también a casarse por la fuerza.Incluso podía ser encarcelado por inclumplidor.
El próximo gran cambio definitivo fue la Ley de Matrimonio Civil de 1888. Generó fuertes polémicas y hubo matrimonios que apuraron su casamiento (por ejemplo, los padres de Florencio Molina Campos) para hacerlo solo por iglesia un día antes de que entrara en vigencia, como una forma de protesta ante el nuevo sistema. Luego llegaría la también controvertida Ley de Divorcio Vincular, de 1987. Aquel fue el último mojón antes de la sanción de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Quema de las Letras de la Tesoreria, en la Plaza Independencia (año 1917) Mendoza.


En Presencia del Ministro de Hacienda y de algunos funcionarios de la Casa de Gobierno se realizó la incineración de letras de la tesorería. Se realizó en horas del medio día en la Plaza Independencia. Allí custodiado por la guardia armada, trajeron un féretro en lenta comitiva que a paso fúnebre y solemne fue conducido hasta el lugar del sacrificio. Un ordenanza roció con nafta el cajón.
Año 1917.


sábado, 8 de septiembre de 2012

(Vídeo) Bandera de Los Andes. (Mendoza)


Vídeo realizado por: ZafiroContenidos
Aportes de: Carlos O. Campana y Jorge O. Campana

La Bandera de los Andes fue bordada por las Patricias Mendocinas

Cuando el general José de San Martín estaba por finalizar la organización del Ejército de los Andes, en la provincia de Mendoza recibió la comunicación oficial de la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas.
El Libertador entendió que era el momento oportuno para que sus tropas tuvieran un estandarte propio. Éste conservaría los colores creados por el general Manuel Belgrano y adoptados por la soberana Asamblea del Año XIII.


La versión tradicional

Fue en aquella aldea mendocina que las Damas Patricias marcaron un hito en nuestra gloriosa historia. Eran momentos de sumo patriotismo y las mujeres no estuvieron exentas. Todos los mendocinos colaboraron. Los hombres se alistaban en los distintos batallones para engrosar el ejército que se instruía en el campo de instrucción en el Plumerillo. En la ciudad, aquel dinámico fraile, Luis Beltrán, desde la Maestranza fundía balas y cañones. Desde el vecindario, las mujeres confeccionaban y teñían aquellos azules uniformes de granaderos que darían la libertad a los pueblos oprimidos por los realistas.
Cuando ya casi todo estaba preparado, la Bandera de los Andes, nació como un reto durante la cena de Navidad de 1816. En esa cálida noche, el Libertador desafió a su mujer y a cuatro amigas a confeccionar una bandera antes del 5 de enero. El ferviente patriotismo de aquellas damas fue más allá de la propuesta y sin vacilar, ellas aceptaron el reto. El general le explicó cómo debía ser aquella insignia. Tanto Remedios, la esposa del héroe, como las otras, estuvieron diseñando el modelo y al día siguiente, juntamente con otras señoras recorrieron la ciudad en busca de la tela necesaria. Por milagro la hallaron en un comercio de las inmediaciones de la ciudad, en una callejuela que llamaban "Del Cariño Botao", muy cerca de San Vicente (hoy actual Godoy Cruz). Con la sarga blanca y azul cielo se confeccionó la enseña en dos fajas unidas verticalmente. La blanca hacia adentro y la azul cielo hacia fuera. El escudo central fue un bello testimonio que encerraba los emblemas de las manos unidas, la pica y el gorro de la libertad, coronado por un sol en la parte superior y orlado el conjunto con ramas de laureles, muchas de ellas bordadas por doña Remedios Escalada de San Martín.
 
De los abanicos de Laureana Ferrari sacaron gran cantidad de lentejuelas de oro, y también de una roseta de diamantes que pertenecía a su madre se sacaron varios de estos, con engarce para adornar el óvalo y el sol del escudo, al que pusieron varias perlas del collar de Remedios, quien se puso a coser la bandera, mientras Dolores Prat de Hiusi, Manuela Corvalán y Mercedes Álvarez prepararon las sedas y demás menesteres para bordar. Carecían de hilo de color piel para zurcir los brazos del escudo, entonces tuvieron la idea de desteñir con lejía el hilo rojo que también sirvió para el gorro Frigio. Doña Dolores utilizó una bandeja de plata para dibujar el óvalo sobre la tela y con estas ideas ya no tuvieron ningún obstáculo para impedir su confección.
El tiempo jugaba en contra de aquellas mujeres. Faltaban pocas horas para finalizar el plazo dado por el general San Martín. Pero, allí las entusiasmadas bordaban sin reposo y por fin a las dos de la mañana del día 5 de enero de 1817 estaban arrodilladas ante el crucifijo del oratorio, dando gracias a Dios por haber terminado.

Ese mismo día, agotadas por el cansancio de aquella labor y casi sin dormir, las Patricias acudieron a la ceremonia que se realizó a las 10 de la mañana en la plaza de la ciudad.
Una multitud de patriotas mendocinos se encontraba a la espera del acto más importante que tuvo el Ejército de los Andes, desde la Iglesia Matriz, ubicada en una de las esquinas de la Plaza Mayor, se econtraba adornada con gallardetes y distintos decorados patrióticos. Fue allí en donde se realizó la bendición de la Bandera de los Andes y San Martín ofreció a la Virgen su bastón de mando.
Luego de esta ceremonia, el Libertador tomó la insignia patria e hizo jurar a todos los soldados. Después, las huestes partieron al campo de instrucción. La festividad siguió todo el día y al caer la noche se iluminaron los edificios públicos. Posteriormente, se realizaron bailes que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.
La otra versión

Fueron las monjas de la Buena Enseñanza quienes la confeccionaron
Las Patricias se reunieron en casa de Margarita Corvalán y después de cambiar ideas acordaron concurrir al día siguiente al Monasterio de la Buena Enseñanza en donde se celebraba la festividad del Dulce Nombre de María titular del Monasterio.
 
Terminada la función religiosa fueron a saludar a la madre priora R. M. María de las Nieves Godoy a la cual pidieron el concurso de las mismas para confeccionar la bandera. Las monjas ofrecieron espontáneamente todo su apoyo a la referida obra y a fines del mes de setiembre del año 1816 la madre priora con el auxilio de la R. M. María del Carmen del Niño Dios Correas y de la R. M. Andrea de los Dolores Espínola, profesora de labores y bordados del Colegio. Habían preparado un ensayo en forma de estandarte sobre la manera de confeccionar la bandera de acuerdo a la tela que se disponía. Luego de considerar y después de haber consultado con el general José de San Martín quedó conformada la bandera de la siguiente forma. Las dos fajas se unieron perpendiculares la blanca en la parte superior del asta y la azul al extremo inferior. Una vez unida la tela se dibujó el escudo nacional con sus emblemas. Éste fue ideado por la R. M. Espínola y fue bordado después con sedas de colores, las manos de color carne, el gorro de rojo, el sol amarillo y los laureles verdes. Se colocaron en los ojos del sol 2 topacios y en los rayos pequeños diamantes, lo mismo que en el término del gorro frigio y en el aro del óvalo una serie de perlas como también en las ramas del laurel.
 
Las monjas que tuvieron que confeccionar y bordar la bandera fueron las siguientes: La R. M. María de las Nieves Godoy, priora del Monasterio de la Buena Enseñanza, natural de Mendoza, hija de don Nicolás Godoy y de doña Magdalena Videla; R. M. Andrea de los Dolores Espínola, también mendocina, hija de Pedro Espínola y de Bárbara Lemos, R. M. María del Carmen del Niño de Dios Correas, también de Mendoza, hija de Félix Correas y de Juana Sotomayor.
Las referidas religiosas eran tan distinguidas por su ilustre linaje como por su noble virtud. Todos los bordados de la bandera fueron hechos por la R. M. Espínola y secundada por doña Dolores Prat de Huisi, (natural de Chile) y Manuela Corvalán de Segura, que también donó otras joyas que se le colocaron al aro que forma el óvalo del escudo asemejando una cinta envuelta en el medio.
 
Remedios Escalada de San Martín donó varias perlas de su collar que se colocaron en el sol; Narcisa Santander entregó en forma voluntaria una valiosa gargantilla con trescientos cuarenta y dos diamantes de primera agua y de regular tamaño que se colocaron tres diamantes en cada hoja de las ramas de laurel. Margarita Corvalán dio los topacios de sus aros que se aplicaron a los ojos del sol y para darles más brillo y esplendor algunos diamantes de unas sortijas que se pusieron a los rayos del sol. Mercedes Álvarez donó algunos diamantes y Laureanita Ferrari las lentejuelas de oro de dos abanicos y varios diamantes que junto con los de Margarita y Mercedes se colocaron a los 32 rayos que componen el sol del escudo de la bandera. Las mencionadas Patricias, después de donar sus joyas fueron las que secundaron a la R. M. Espínola en el bordado y confección de la bandera. La R. M. Godoy fue a la que se encargó de distribuir y decorar la bandera aplicando a la misma las piedras preciosas que se donaron, dándole mayor brillo, esplendor y grandeza. Por último la R. M. Correas fue quien se la designó para zurcir la cinta blanca, celeste y blanca, que en forma de moño ataba a las 2 ramas de laurel y son las únicas que estaban bordadas en la sarga de la bandera a la cual se le colocaron las seis esmeraldas que donaron las religiosas del Monasterio. La bandera quedó confeccionada antes del 5 de enero de 1817 día de su bendición.
Antes de partir a liberar el territorio chileno, el 15 de enero de 1817, el general José de San Martín se dirigió a la madre priora del Monasterio con palabras de elogio a las Monjas patriotas por la valiosa ayuda y colaboración de haber tenido el gran privilegio de bordar la Bandera de la patria, en un párrafo que dice: (...) “la patria ha quedado eternamente comprometida ante ese Monasterio como así también el honor de mi espada”.
 

Conclusión

Las monjas del Monasterio realizaron el trabajo
Por mucho tiempo se creyó que las Patricias Mendocinas habían confeccionado y bordado la gloriosa Bandera de los Andes, hasta que una profunda investigación realizada por el profesor mendocino Esteban Fontana aportó una nueva teoría, aunque no está totalmente aclarado este tema, pero existen pruebas documentales que son irrefutables.
La tradición nos comenta que la Bandera de los Andes nació como un reto durante la cena de Navidad de 1816. El general San Martín desafió a su mujer junto a sus cuatro amigas a confeccionar una bandera antes del 5 de enero de 1817.
Es probable que la Bandera de los Andes fuese creada por una resolución del gobierno de las Provincias Unidas del Sud, cuando se formaron los dos ejércitos del Norte y de los Andes, el 1º de agosto de 1816 y no por una iniciativa del general San Martín. Recordemos que las ordenanzas militares eran estrictas en esa materia. Existe documentación que reglamenta el uso de banderas o estandartes de los batallones y regimientos que estuvieron o fueron creados en nuestra provincia desde 1814 hasta 1817.
Es importante destacar dos hechos que han sido mal interpretados por algunos de los historiadores en lo que respecta a la participación de las Patricias Mendocinas.
Es innegable que doña Remedios Escalada de San Martín junto con Laureana Ferrari fueron a recorrer las tiendas de la ciudad de Mendoza en busca de la tela apropiada para confeccionar la Bandera de los Andes. Al escasear el color de las telas en la ciudad se dirigieron rumbo a San Vicente, actual Departamento de Godoy Cruz y, al llegar a la calle denominada del “Cariño Botao” entraron a un pequeño negocio y con sorpresa vieron la tela color azul. Otra son las donaciones que sin lugar a dudas realizaron aquellas Damas. Doña Remedios Escalada de San Martín contribuyó con varias perlas de su collar que se colocaron en el sol; Narcisa Santander donó los trescientos cuarenta diamantes de una valiosa gargantilla; Margarita Corvalán dio los topacios; Mercedes Álvarez colaboró con otros joyas, al igual que Laureanita Ferrari que cedió las lentejuelas de oro de sus abanicos.
 
Según lo expuesto por Fontana, las monjas que tuvieron el honor de confeccionar y bordar la bandera fueron las siguientes: madre priora María de las Nieves Godoy; R. M. Andrea de los Dolores Espínola y R. M. María del Carmen del Niño de Dios Correas.
Queda claro, que los bordados de la bandera fueron hechos por la R. M. Espínola y secundada por las damas doña Dolores Prat de Huisi, Manuela Corvalán de Segura La R. M. Espínola fue la encargada de la confección de la bandera. La R. M. Godoy distribuyó y decoró dicha insignia, la que aplicó las piedras preciosas donadas, dándole mayor brillo, esplendor y grandeza y por último la R. M. Correas fue la encomendada de bordar la cinta blanca, celeste y blanca (y no celeste, blanca, celeste) que en forma de moño ata a las 2 ramas de laureles y son las únicas que están bordadas en la sarga de la bandera a la cual se le colocaron 6 esmeraldas que donaron las religiosas.
Para concluir, es importante destacar la nota dirigida a la madre priora del Monasterio de la Buena Enseñanza, fechada el día 15 de enero de 1817 y firmada por el general San Martín, en que agradece la intervención de estas monjas en la confección de la bandera.