La mañana del 31 de Agosto de 1983 un avión espía Boeing RC-135 de los EEUU sobrevoló la península de Kamchatka sin poder ser interceptado, por ello la fuerza aérea soviética estaba en alerta. El vuelo 007 de Korea Air Lines, un Boeing 747-200, proveniente de New York, despegó de su escala en Anchorage, Alaska, con destino a Seúl, para esquivar el espacio aéreo soviético la tripulación debían colocar el piloto automático en forma de avance por puntos, pero lo colocaron en marcación constante magnética, hecho que los haría volar sobre la URSS. Poco a poco el desvío se incrementaba, al pasar sobre la península de Kamchatka fueron detectados, el comando aéreo soviético envió dos aviones a interceptarlo, pero al pasar sobre el mar de Okhotsk salieron por unos minutos de la zona de riego y los interceptores abandonaron la búsqueda. Minutos después volvieron a estar en espacio aéreo soviético 500 Km al oeste de la ruta establecida, esta vez un Sukhoi SU-15 y un MIG-23 le dieron alcance. El piloto del Sukhoi, el mayor Genadi Osipovich, solicito instrucciones al comando aéreo que le ordenó lanzar trazadores de advertencia, pero ninguno de los 2 aviones los tenían disponibles, por ello le ordenaron derribarlo de inmediato. Pese a que las luces que lo identificaban como un avión comercial, le lanzaron 2 misiles Kaliningrad R-8 que hicieron impacto en la cola y parte baja del fuselaje provocando que se precipitara en forma de espiral hasta hacer impacto en el mar a 55 km de la isla Moneron, los 240 pasajeros y los 29 tripulantes murieron en el acto. Cuando las misiones de rescate de los EEUU y Korea llegaron al lugar, la armada soviética ya había recuperado las cajas negras que recién devolvió Boris Yeltsin 10 años después. EEUU condenó duramente a la URSS impidiendo vuelos directos de Aeroflot a los EEUU además de sanciones comerciales, un Ronald Reagan exultante trato de asesinos a los rusos en la ONU, aunque tuvo que tragarse sus palabras cuando en 1988 los EEUU también derribaron por "error" un avión comercial Iraní.
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