En noviembre de 1927 el gobierno del radical Lencinista Alejandro Orfila, daba inicios a las obras de la nueva casa de gobierno.
El interesante proyecto enmarcaba una gran transformación de nuestra plaza Independencia, siguiendo los caminos iniciados años anteriores con el hotel casino y el teatro. El imponente edificio se levantaría, en el centro de la plaza.
Hubo grandes movimientos de tierra para la construcción de los cimientos, que de a poco fueron transformando el paseo mendocino.
Con la intervención federal decretada por el gobierno nacional, las obras se paralizaron, sumado a las quejas de los vecinos que mantenían que tremenda mole taparía los “aires frescos que bajaban del parque”. La mala situación económica se encargó del resto, tiempo después la faraónica obra del palacio ejecutivo era abandonada ante la desidia oficial.
Hoy podemos apreciar los restos de esa construcción que se transformaron en el teatro Quintanilla, el museo y la gran explanada del lado oeste donde se puede disfrutar del escudo provincial.
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