Cuando vemos a un bebé lindo, algunos de nosotros sentimos la urgencia de mirar más de cerca e incluso acercarnos y darles un beso. Sin embargo, en la década de 1930, ese impulso de besos llevó a la propagación de la gripe. Los padres llegaron a colocar una señal de advertencia en sus adorables hijos que decía: "Precaución contra la gripe, por favor no me besen".
(Fotos: Getty Images)
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