domingo, 18 de julio de 2021

'Realidad aumentada'


Esta nota esta escrita sobre la esperanza que todos hayan disfrutado de alguno de los films o libros sobre las aventuras del Barón Münchhausen, esto sería un homenaje a Karl Friedrich Hieronymus, el verdadero barón cuyas historias sembraron semillas de fantasía en varias generaciones. Karl había caído en gracia del príncipe alemán Antonio Ulrico, que lo adoptó como paje, una especie de esclavo infantil perfumado, cuando fue destinado a Rusia se lo llevó con él y chau familia Hieronymus. Cuando Karl llegó a la adolescencia ni tiempo de una novia tuvo, derecho al ejército con el cargo de Corneta de caballería, Ulrico no se desentendió de él, y lo apadrinó en su carrera militar hasta llegar a Capitán. Hieronymus participó en dos campañas contra el Imperio Otomano, a su regreso se casó con la bella Jacobine von Dunten en Perniel y comenzó a frecuentar ágapes, coctails y recepciones. Karl se transformó en la sensación de esas reuniones, mostraba una deliciosa habilidad para adornar sus historias con ribetes de epopeya en un marco poético, no causaba rechazo ya que no se mostraba pedante, sino frágil e inseguro. Sus historias eran mas propias de un antihéroe que salía airoso de manera mágica, montando una bala de cañón o viajando a la Luna. Mientras algunos lo invitaban para escuchar sus historias otros lo tildaron de fabulador y mentiroso. Cuando Karl tenía 60 años, sin su autorización se edita un libro de autor anónimo recopilando sus historias tal cual él las contaba, este minucioso libro fue un éxito editorial, pero dañó su reputación ya que despojadas de su voz y su tono burlón parecían un compendio de fanfarroneadas. Karl nunca supo cual de sus conocidos escribió "Las sorprendentes aventuras del Barón Münchhausen" pero al no dar su nombre sospechaba de alguien muy cercano. La muerte de su esposa y las burlas de sus pares lo sumieron en una profunda depresión hasta su muerte en la miseria y el absoluto abandono. A casi 70 años de su muerte el magnífico dibujante Gustav Doré (el mismo que ilustró la Divina Comedia) quedó fascinado con las historias de Münchhausen, su homenaje fue una caricatura basada en su retrato, que se transformó en su cara oficial. La aparición del cine le puso imágenes a sus fantasías, Casi Karl no pudo ver como sus historias se reinterpretaron transformándose en el Don Quijote alemán, en mi humilde opinión, el Barón Münchhausen no fue un mentiroso, fue el inventor de la realidad aumentada.

(Pequeñas Piezas de la Jistoria, por Gabriel Horacio Blasco Dantuono) 

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