lunes, 20 de marzo de 2023

Datos que te pueden interesar del Terremoto del 20 de Marzo de 1861, en la Ciudad de Mendoza


La antigua plaza emplazaba en dieciocho cuadras, estaban comprendidas dentro de la Alameda. Tenía dos plazas, un acceso principal, ocho iglesias, edificios y casas particulares. Por calles angostas y polvorientas circulaban carretas tiradas por bueyes, carros, numerosos jinetes y coches de ricos afincados. El 20 de marzo de 1861, día miércoles santo, un asolador temblor, sacudió la tierra con furia y luego de fuertes remezones, las paredes de adobes de las viviendas se desplomaron quedando totalmente destruidas. La angustia y el terror dominó a los habitantes y aumentó cuando vieron a la ciudad invadida por las llamas y las aguas que se desbordaban de sus cauces naturales. Pero, no todo fue oscuro, a medida que se conoció la desgracia del pueblo mendocino, provincias y países organizaron colectas populares y la socorrieron con alimentos, medicinas, vestimenta, dinero y materiales para construir edificios y refugios. El gobernador Laureano Nazar que había perdido tres hijos en esa tragedia, se reunió con su familia, trasladando la sede del gobierno a Junín. El Capitán Manuel Olascoaga, ante la delicada situación asumió la tarea de imponer orden y atender las necesidades de los numerosos heridos. La triste experiencia vivida nos hace ver que la zona montañosa que rodea a la ciudad, es una amenaza que debemos prevenir con estructuras antisísmicas. En 1863 se estableció la reconstrucción de la ciudad en la quinta de San Nicolás. El agrimensor Julio Ballofet, fue el encargado de realizarlo. En 1868 quedaron determinados sus límites y sus propias autoridades. A partir de 1947 se inició una etapa de crecimiento demográfico y edilicio, se adoptaron normas de construcción que recomiendan evitar el uso del adobe.


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