Las grandes duquesas rusas María y Anastasia hacen muecas ante la cámara mientras están en cautiverio, 1917. Serían asesinadas junto con su familia al año siguiente.

Las grandes duquesas rusas María y Anastasia fueron dos de las hijas del último zar de Rusia, Nicolás II, y su esposa, Alejandra Fiódorovna. Su historia está marcada por la tragedia y el misterio. María Nikoláyevna Románova nació el 26 de junio de 1899 y Anastasia Nikoláyevna Románova el 18 de junio de 1901. Ambas crecieron en la opulencia del Palacio de Invierno en San Petersburgo, pero su vida cambió drásticamente con la Revolución Rusa de 1917. En 1918, la familia imperial fue capturada por los bolcheviques y encarcelada en la Casa Ipatiev en Ekaterimburgo. El 17 de julio de 1918, toda la familia fue asesinada en un soterramiento oscuro de la casa. Fueron fusilados por fuerzas de la policía secreta bolchevique. Durante muchos años, hubo rumores de que una de las hijas, especialmente Anastasia, había sobrevivido. Entre 1991 y 2007, los restos de la familia imperial fueron encontrados en un bosque cerca de Ekaterimburgo y confirmados mediante pruebas de ADN. En el año 2000, la Iglesia Ortodoxa Rusa canonizó a la familia Románov como mártires. La historia de María y Anastasia es un recordatorio de la fragilidad de la vida real y la brutalidad de la historia.