domingo, 25 de mayo de 2025

125 años atrás: así celebraba Mendoza el 25 de Mayo. (Por Luciana Sabina)



Así celebraba Mendoza el 25 de Mayo en 1900. Lejos de cualquier protocolo frío o distante, la efeméride se vivía como una verdadera fiesta colectiva, con una puesta en escena que combinaba tradición, historia y modernidad. El primer acto destacado fue el Te Deum oficiado en el templo de San Francisco, con la presencia del gobernador, sus ministros, legisladores provinciales, jefes militares y representantes de la élite mendocina. Todas las naves del templo se hallaban repletas de fieles, y el altar mayor había sido decorado con banderas argentinas y españolas, como muestra de confraternidad. La orquesta, dirigida por el maestro Varalla, ejecutó piezas solemnes con precisión y emotividad. El sermón patriótico estuvo a cargo de Monseñor Romero, y la ceremonia contó con la participación destacada de la colonia española, que desfiló con un estandarte decorado con un lazo celeste y blanco, en un gesto que fue recibido con aplausos por los presentes. Pero los festejos no se limitaron al ámbito religioso. El Teatro Municipal fue otro de los grandes escenarios de la conmemoración. La noche del 25 se presentó un himno escrito para la ocasión. La obra fue interpretada por la compañía lírica ante una sala colmada, que no escatimó en aplausos ni ovaciones. Además se representó una obra de teatro ya estrenada en Buenos Aires. En las calles, el espíritu patriótico también se hacía sentir. El 24 de mayo por la tarde, se organizó un corso sobre la calle San Martín, que atrajo a numerosas familias. Carruajes adornados desfilaron ante una concurrencia elegante, que acompañó el paso de los coches con saludos y comentarios festivos. A pesar de las bajas temperaturas, la asistencia fue numerosa y animada. Por la noche, los fuegos artificiales se trasladaron al Parque Independencia, donde el cielo mendocino se iluminó con globos tricolores -argentinos y españoles- que dejaban una estela luminosa al elevarse. Los del día 24, en la plaza Cobos -actual Plaza San Martín-, no habían estado a la altura, pero los del 25 fueron calificados como “bastante buenos”. En la Alameda, el espectáculo del 26 tuvo una recepción más regular, aunque igualmente destacada. Un dato llamativo de las crónicas es la ausencia de desórdenes. “No ha habido incidentes dignos de mención, lo que viene a probar una vez más la cultura de nuestro pueblo”, señalaba uno de los textos. Mendoza se presentaba así como una ciudad ordenada, patriótica y en sintonía con los valores republicanos. En un extenso editorial, Los Andes reflexionaba “hemos logrado el objetivo de los que fundaron la República Argentina, y podemos proseguir tranquilos nuestro camino iluminados por la antorcha de la civilización y siendo guía de las demás naciones hermanas que un día confundieron sus banderas con las nuestras en los campos de batalla. El siglo XX nos hallará, pues, preparados para mantener nuestro puesto honrado en el concierto de las naciones sanas, ilustradas y laboriosas, pudiendo tener la convicción de que es posible vencer a muchas, pero que jamás nos dejaremos desalentar por las que aún no hayan alcanzado nuestra altura”. Lamentablemente, el siglo tenía otros planes para nuestro país. Vendrían décadas de crisis, enfrentamientos internos, interrupciones del orden constitucional y vaivenes que pondrían a prueba esa confianza casi profética en el rumbo de la Nación. Sin embargo, el espíritu que animó aquellos festejos —la idea de una patria compartida, celebrada por todos, desde los templos hasta los teatros, desde las élites hasta las familias reunidas en las calles— sigue siendo un espejo en el que mirarnos. Porque en el fondo, más allá del tiempo y las heridas, la patria sigue siendo eso: una construcción diaria que se renueva con cada gesto de compromiso, memoria y esperanza. (Fuente: https://www.losandes.com.ar/sociedad/125-anos-atras-asi-celebraba-mendoza-el-25-mayo-n5949332)



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