27 de Septiembre de 1931. "Un diluvio de goles: El histórico 7-4 que marcó el debut profesional del Clásico de Avellaneda"

Bottaso, arquero de Racing, en una segura atajada cuando arremetían Enrique Fernández y Ravaschino. Es una acción del primer partido del profesionalismo, que Racing ganó por 7 a 4 récord de goles entre dos equipos grandes

El debut del Clásico de Avellaneda en la era profesional fue un encuentro histórico y con una particularidad que se mantiene hasta hoy: fue el clásico con más goles en la historia del fútbol profesional argentino.  El partido se disputó el 27 de septiembre de 1931 en la vieja cancha de tablones de madera de Racing, ubicada en las calles Alsina y Colón de Avellaneda. Fue un encuentro correspondiente a la segunda rueda del Campeonato de Primera División de 1931, el primer torneo profesional organizado por la Liga Argentina de Football.  Curiosamente, este partido estaba programado para la primera fecha del torneo, pero se postergó por razones desconocidas. El encuentro finalizó con una victoria de Racing Club sobre Independiente por 7 a 4. Racing llegaba a este partido en una posición desfavorable en el torneo, por lo que la goleada contra su clásico rival fue un golpe de ánimo importante. Independiente, por su parte, no pudo consolidar un buen rendimiento y terminó cayendo en un resultado abultado. Siete de las once anotaciones fueron convertidas en el primer tiempo. Por Racing marcaron Evaristo, Benavídez (3), Del Giúdice y Fasciolo (2). Los goles de Independiente fueron anotados por Ravaschino (2), Porta y Seoane.  El resultado 7-4 ha quedado en la memoria colectiva como el clásico de Avellaneda con más goles en el profesionalismo, un récord que se mantiene inalterable hasta la actualidad. El historial entre ambos clubes no comenzó en 1931. En la era amateur, la rivalidad ya era intensa y los partidos también eran parejos. El primer clásico de la historia, en la tercera división amateur, fue el 9 de junio de 1907. Lo ganó Independiente 3-2, en una victoria con un gol sobre la hora que sentó las bases de la rivalidad. A pesar de los partidos previos, el resultado del 27 de septiembre de 1931 fue un hito que marcó un antes y un después en la rivalidad, siendo el primer clásico profesional y el más goleador de su historia.