Severino Di Giovanni nacio en Chieti, Italia, el 17 de marzo de 1901 y murio fusilado en Buenos Aires, Argentina, el 1 de febrero de 1931 fue un periodista, obrero y poeta anarquista italiano, emigrado a la Argentina, donde se convirtió en la más conocida de las figuras anarquistas individualistas de su tiempo por su campaña en apoyo de Sacco y Vanzetti y su lucha contra el fascismo. A la edad de diecinueve años quedó huérfano y en 1921 -a los veinte años- se entregó por entero a la militancia anarquista. En 1922, el mismo año en que los Camisas Negras de Benito Mussolini tomaban el poder tras la Marcha sobre Roma, se casó con su prima Teresa Masciulli, una muchacha de Chieti. El fascismo se impuso en Italia y la censura y las persecuciones a los anarquistas decidieron a la pareja a exiliarse con su familia a la Argentina. Severino y Teresa tuvieron tres hijos. legó a la Argentina y se estableció en la localidad de Morón, Provincia de Buenos Aires desde donde viajaba diariamente a la ciudad de Buenos Aires para trabajar como obrero tipógrafo. La Argentina de la década de 1920 era gobernada por el moderado partido radical, durante las sucesivas presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928). Fue ese el período de la última gran oleada de inmigrantes italianos. A ellos dirigiría Severino la mayor parte de su propaganda política y escritos, principalmente a través de su periódico más célebre, Culmine, que escribía durante las noches. Fue un momento propicio, ya que muchos otros anarquistas italianos se organizaban en Argentina, siendo el país sudamericano donde las ideas libertarias más se propagaron.
Conoce en Buenos Aires a Paulino Scarfó un anarquista argentino de ascendencia italiana y su hermana también anarquista, además de feminista América Scarfó a sus 14 años quien sería su compañera sentimental toda su vida.
La posición de Di Giovanni era cercana al grupo más radical del anarquismo en la Argentina, nucleado alrededor de los sindicatos autónomos y el periódico La Antorcha que dirigían Rodolfo González Pacheco y Teodoro Antillí, opuesto al sector "moderado" que representaban la FORA y el periódico La Protesta que dirigían Emilio López Arango - a quien se cree que asesinó - y Diego Abad de Santillán.
Su primera actuación pública resonante tuvo lugar el 6 de junio de 1925, cuando en Teatro Colón se realizaba una función especial en celebración del 25º aniversario del acceso al trono de Italia de Vittorio Emanuele III, con la presencia del presidente Alvear y el embajador fascista , conde Luigi Aldrovandi Marescotti. Un grupo de militantes anarquistas entre los que se hallaba Di Giovanni interrumpió la función arrojando volantes y gritando "¡Asesinos, ladrones!" a los dignatarios italianos. El incidente terminó en una trifulca con los "Camisas Negras" que escoltaban al embajador, y el encarcelamiento de Severino y sus compañeros.
Di Giovanni también participa y protesta en actos en solidaridad por el arresto y ejecución de Sacco y Vanzetti en 1927. Gran parte de su estadía en Argentina la pasó prófugo, debiendo mudarse continuamente de un lugar a otro del país con su familia para evitar ser apresado. Di Giovanni no se quedó en la teoría y los panfletos y no fueron sus escritos los que lo volvieron famoso sino su accionar violento. Dentro de los atentados asociados a él, se encuentran: la voladura de la embajada de EE.UU. en Argentina (como consecuencia del asesinato de Sacco y Vanzetti), la voladura del "City Bank" en el centro porteño, y la voladura del consulado italiano en Buenos Aires (donde se hallaban reunidos los mejores hombres de Mussolini en Argentina) donde murieron siete fascistas, lo que provocó gran parte de la antipatía del resto de los grupos anarquistas y su condena en los periódicos. También participó en robos e hirió severamente a un policía desfigurándolo de un tiro en la cara. El mayor robo del que participó fue a un camión pagador por 286.000 pesos, lo que le permitió realizar su sueño de abrir su propia imprenta. En su último panfleto Di Giovannni escribió
Sepan Uriburu y su horda fusiladora que nuestras balas buscarán sus cuerpos. Sepa el comercio, la industria, la banca, los terratenientes y hacendados que sus vidas y posesiones serán quemadas y destruidas.
Esa fue la gota que colmó el vaso. A las pocas horas de su detención se dictaminó su sentencia, pese a la encendida defensa que hizo el teniente Juan Carlos Franco, designado su defensor oficial. La defensa de Di Giovanni le costaría a Franco su baja del ejército, encarcelamiento y destierro. Severino fue fusilado el día siguiente, el primero de febrero de 1931.
Pocas horas antes de ser fusilado pide un café dulce desde su celda. Lo rechaza al probar el primer sorbo: "Pedí con mucha azúcar... No importa, será la próxima vez" dice con humor ácido. Muere fusilado al grito de Evviva l'Anarchia! (¡Viva la anarquía!). El escritor Roberto Arlt presenció la sentencia y escribió una redacción al respecto.
Su cuerpo está enterrado en el Cementerio de la Chacarita.
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