martes, 21 de junio de 2022

Cacheuta, el primer Hotel de Montaña en el Cono Sur. En el año 1929 un Grupo de Damas de Beneficencia de Mendoza, visita las instalaciones del Hotel de Cacheuta


El Ferrocarril Trasandino vino a modificar totalmente la situación de Cacheuta. En 1891, el diario porteño La Nación destacó la importancia del avance de los rieles desde Mendoza hacia el oeste. Y entre otras ventajas, señaló el significado que este servicio tenía para el desarrollo interno pues "a los baños terma les de Cacheuta, que antes se hallaban a dos días de mula de Mendoza ahora se llegaba tan sólo en dos horas". El servicio del Trasandino generó las condiciones para el aprovechamiento comercial de las termas median te un hotel de turismo, lo cual seria el resultado de una lenta evolución. En 1893, dos años después de haberse librado el servicio ferroviario de Mendoza a Uspallata, se comenzaron a construir las primeras piletas para baños, con abrigos de pircas de piedra que las protegían de los avances del río Mendoza. Sobre la barranca, a unos quince metros de altura, se construyó un hotel que pasó a prestar servicios en formato permanente. Se accedía a los baños mediante una rampa. De todos modos, se trataba de construcciones bastante precarias. En 1898, en las crecientes del verano, las aguas del rio Mendoza le destruyeron la pirca, las piletas y  las construcciones accesorias. Para hacer frente a la situación, en 1902 se elevó un formidable  muro de defensa, de 77 metros  de largo por 3,5 metros de altura. Además se cortó el talud natural te de la margen derecha del río para construir allí las nuevas piletas. Sin prisa y sin pausa, la evolución continuó. El gobierno provincial, por ley 381 del 20 de junio de 1907, declaró de utilidad pública sujeto a expropiación el terreno adyacente a las termas. De esta manera el Estado se transformó en propietario de una superficie total de 35 hectáreas, 6.135,93 metros cuadrados, en la zona termal. En 1910 las construcciones tenían cuatro cuerpos:  uno para la gruta termal de baños de vapor, otro con una pileta con capacidad de 567hectlítros. El paso siguiente fue concursar la explotación de los baños termales para actividades turísticas - comerciales. Así lo dispuso  la Legislatura de Mendoza por do ley 519 (1910), según la cual se llamaría a concurso para la explotación de las Termas de Cacheuta mediante un complejo turístico que constituya un establecimiento modelo, en manera alguna inferior a las existentes en otros países. Como resultado, en 1913 se otorgó la concesión por cuarenta años a una empresa privada, integrada por Arturo Dácomo y Ramón Juyent (que posteriormente cedieron sus derechos y deberes a la Sociedad Anónima Termas de Cacheuta. La firma realizó grandes inversiones para construir edificios e instalaciones. Surgió de esa manera un balneario de estilo neoclásico con todo el lujo y confort que exigía este período dorado del turismo. Coincidía el interés por las termas con las orientaciones médicas de la época



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