El 24 de mayo de 1626, Peter Minuit, Director de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en Estados Unidos, compró la isla de Manhattan a los indígenas del área por el precio de 24 dólares. En 1626, la colonia holandesa se componía de unas 150 chozas con techos de corteza de árboles, un fuerte y 200 colonos holandeses en el extremo sur de la isla. A medida que pasó el tiempo, los 57 kilómetros cuadrados de la isla de Manhattan se transformaron en el corazón de la ciudad de Nueva York. Su nombre anterior era Nueva Amsterdam, así se expresaba en una carta uno de los primeros colonos holandeses que en la década de 1620 se instalaron en la isla de Manhattan, en el asentamiento que ellos mismos bautizaron como Nueva Ámsterdam y que unos decenios después cambiaría su nombre por el de la actual metrópolis de Estados Unidos: Nueva York. En 1664, Nueva Ámsterdam se rindió a los ingleses sin ofrecer resistencia. Esta fue inmediatamente rebautizada como «Nueva York» en honor del duque de York.
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