martes, 11 de abril de 2023

Imagen del Fuerte de San Carlos en 1976. Provincia de Mendoza


El Fuerte de San Carlos se levantaba a unos 199 Km. de la ciudad de Mendoza. Hacia el año 1770, en Cabildo Abierto, el pueblo de Mendoza decidió construir un fuerte en el lugar denominado La Isla, para organizar de ese modo, la defensa contra las tribus del sur que con sus continuas invasiones devastaban la región. La fundación estuvo a cargo del Maestre de Campo Juan Martínez de Rozas, quien además trazó el plano y dirigió la guarnición instalada allí. El nombre se le puso en homenaje al entonces rey de España Carlos III.En un principio su construcción semejaba a un fortín, es decir, un recinto delimitado por paredes de adobe, como lo había dispuesto el Cabildo, y estaba defendido por un foso exterior sin puente levadizo. Con el correr de los años esa construcción primitiva fue modificada y ampliada.En su interior se hicieron las edificaciones adecuadas para albergaruna guarnición de cincuenta hombres. Lo llamativo del fuerte era su castillo. Este se parecía a una casa, con ventanas laterales para disparar las armas de fuego y así poder resistir los ataques de los indios y de los salteadores de caminos. El comandante Francisco Esquivel Aldao y el general Miller, mencionan el «castillo» del fuerte de San Carlos. Además de fortaleza era atalaya para acechar al enemigo. La planta baja era un cuarto de grandes dimensiones, de cinco metros de lado, con otros cuartos que servían de calabozos. Las paredes del fuerte eran de adobe apisonado, muy gruesas para darles duración. El techo, de madera labrada sirvió de piso a la parte alta del castillo. Constaba de tres secciones, cada una con una abertura hacia el frente principal que servía de mirador y de puesto de combate para los tiradores. El recinto del fuerte estaba circundado por gruesas murallas de adobón y en cada una de sus cuatro esquinas había un baluarte hecho del mismo material, donde estaba emplazada la artillería, constituida por cañones de hierro accionados a mecha. Además poseía un patio rodeado de corredores, presumiéndose que estaba destinado para forraje de los animales. La fortificación se completaba con un foso seco de cuatro metros de ancho por tres de profundidad con parapeto, el que rodeaba el perímetro amurallado. En ese fuerte el General San Martín parlamentó con los caciques del sur gobernados por Ñacuñán, a fin de cruzar hacia Chile por los pasos del Portillo y Planchón y asegurarse su auxilio en caso necesario. Este parlamento se conoce en la historia con el nombre de La Consulta. Desde ese lugar salió la columna del Comandante José León Lemos. El paraje donde se levantaba fue declarado lugar histórico por Decreto Nº 4.592 del 7 de marzo de 1951.

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