miércoles, 16 de agosto de 2023

Avenida San Martín. Pleno Centro de la Ciudad de Mendoza. (c.1920) Caballeros con sombrero,damas con falda larga y tranvías con parrilla salvavidas.


Antes del terremoto de 1861, la calle San Nicolás era ya una realidad estable dentro de la nomenclatura urbana, y después del movimiento sismico pasó a ser la avenida que concentre todas las inquietudes del vivir mendocino. Después del terremoto, es decir después de 1861, y hasta 1884, transcurre el periodo más interesante de la vida de avenida San Martín. Es que en esos años se ve una sucesión de pequeños y grandes hechos que pone de manifiesto el espiritu emprendedor del pueblo, que halló en el trabajo de la tierra y en la práctica del comercio el camino de su salvación. En 1864, apenas tres años después del sismo, y en medio de un ritmo febril de construcciones de más en más entusinstas, abre sus puertas en la todavia calle San Nicolás, el primer negocio que dura mucho tiempo en prosperidad creciente. Se trata de la casa de remates y depósito de merenderias de don Fernando Bourguet. Este pionero del comercio mendocino aparece por esos años promoviendo personalmente extraordinarias operaciones de compra venta y grandes remates, hasto convertirse en una figura muy popular y querida en todo el ambito mendocino. En un local del paseo de la Alameda almacenaba articulos de tienda y comestibles que luego vendia al público, tras conveniente propaganda Otros comercios que se establecieron en esos tiempos, en los últimos veinte años en que la calle se llamó aún San Nicolas, fueron el almacén de don Nicol Villanueva, la tienda de Francisco Roquet, la bodega subterránea con venta de vino carlón de Modesto Sánchez, el hotel Cárdenas, el hotel Paris, la confiteria Oriental, billar de Pablo Punta, la tienda de Pablo Matusière, la sastrería de Pedro Escalante, el almacén de Juan Maza, los talleres de platería de Pedro Flores y Juan Antonio Castro, y algunos más que convierten rápidamente a la calle San Nicolás en centro obligado de la actividad mercantil. En 1864 también reaparecen los espectáculos públicos en Mendoza. En febrero de ese año se presenta el circo Royer, que presenta como novedades varios caballos amaestrados. La ciudad sigue creciendo y la calle San Nicolás es el fiel reflejo de ese crecimiento. El envio de grandes cantidades de ganado a Chile representa uno de los comercios más fructíferos de ese momento, y en la calle central de Mendoza varios negocios de ese ramo van apareciendo sucesivamente. Esta, y otras actividades mercantiles, marcan el ritmo de la mágica calle


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