Una bicicleta anfibia que podía viajar por tierra o agua, fue demostrado por su inventor francés en una exposición de París en 1932.

Sus ruedas eran huecas, flotadores bulbosos que, con la ayuda de cuatro globos más pequeños en los estribadores, lo sostenían en el agua. Todos los flotadores giraban libremente como ruedas, dando como resultado un mínimo de resistencia. Cuando el motorista pedalea a través del agua, las aletas en la rueda trasera servían como remos para llevar la máquina hacia adelante. Para dar un paseo por tierra seca, los desencadenadores que soportanban los flotadores exteriores, podían estar plegados fuera del suelo. La prueba de que los flotadores serían lo suficientemente flotantes como para soportar al motorista fue dada cuando el inventor navegó su dispositivo, sin dificultad, a través de una gran piscina.