Protegido dentro del Parque Nacionales Los Glaciares desde 1937, la cumbre del Monte Fitz Roy ha cambiado pocoy nada. Ubicado en la Región de Magallanes de la Antártica Chilena y Provincia de Santa Cruz. Argentina

Sigue siendo el emblema de la joven localidad de El Chaltén, creada en 1985, muchos años después de que el cerro se cobrara su primera víctima: Frances Poincenot en 1953. Desde entonces, y para desgracia del mundo del montañismo, varios andinistas han perecido en el intento. El Monte Fitz Roy, también conocido como Cerro Chaltén, es una montaña icónica ubicada en la Patagonia, en la frontera entre Argentina y Chile. Aquí tienes algunos datos interesantes: El Fitz Roy tiene una altitud de 3,405 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra en el Parque Nacional Los Glaciares en Argentina y en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins en Chile. El nombre “Fitz Roy” fue dado en honor a Robert Fitz Roy, capitán del HMS Beagle, el barco que llevó a Charles Darwin en su famoso viaje. Es conocido por ser una de las montañas más difíciles de escalar debido a sus paredes verticales de granito y condiciones climáticas extremas. Una de las rutas de senderismo más populares es la que lleva a la Laguna de los Tres, desde donde se puede admirar la impresionante vista del Fitz Roy. El Fitz Roy no solo es un desafío para los escaladores, sino también un símbolo de la belleza natural de la Patagonia. Una de las leyendas más conocidas es la del niño Elal, un héroe de la mitología tehuelche. Según la leyenda, Elal fue rescatado por un cisne llamado Kóokn de las garras de un gigante y llevado a la cima del Cerro Chaltén. Allí, Elal aprendió a sobrevivir por sus propios medios, enfrentándose al frío, la nieve y el viento. Para protegerse, inventó el fuego, el toldo de pieles de guanaco y la capa para el viento. Además, creó el arco y la flecha para defenderse de las fieras. Elal compartió sus conocimientos y descubrimientos con los tehuelches, enseñándoles normas de vida y moral. En la cima del cerro, cerca del sol, Elal espera a sus amigos y les ofrece caza abundante en los mundos del espacio. Como muestra de su buena voluntad, dejó la huella del ñandú en el cielo, conocida como la constelación Cruz del Sur, para guiar a sus amigos. Esta leyenda no solo destaca la importancia del Monte Fitz Roy en la cultura tehuelche, sino también su conexión con el cielo y las estrellas.