⚔️ Fraude en el atrio: cuando votar era resistir
En su libro Recuerdos de un militante socialista, Enrique Dickman narra en primera persona los abusos sufridos por el Partido Socialista durante las elecciones legislativas del 10 de abril de 1898, en la parroquia del Pilar, barrio de la Recoleta. En plena presidencia de José Evaristo Uriburu, el sistema electoral argentino estaba dominado por el fraude estructural, donde el voto popular era una ficción legal. Dickman y sus compañeros instalaron una mesa frente al atrio con bandera roja y boletas socialistas, pero fueron rechazados como fiscales, impedidos de votar y expulsados por la policía. El padrón era manipulado: se agregaban nombres falsos, se permitía que votantes oficialistas sufragaran múltiples veces, y se anulaban boletas opositoras sin justificación. El relato incluye escenas grotescas, como votantes disfrazados que emitían más de cien votos por orden de caudillos locales como Santiago Luro, figura clave del conservadurismo porteño. La elección se cerró sin fiscales ni impugnaciones, y el escrutinio se realizó en minutos. Dickman lo describe como “el fraude electoral más repugnante”, reflejo de una época donde la violencia, el clientelismo y la exclusión eran moneda corriente. Este tipo de prácticas persistió hasta la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912, que introdujo el voto secreto, universal y obligatorio para varones, marcando el inicio de una democratización formal del sufragio. #Scroll1898 #AtrioYFraude #VotoSecuestrado #DickmanDenuncia #PilarSinDemocracia #mendozantigua
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