El 28 de Mayo de 1291, en la actual Israel, luego de permanecer mas de 50 días sitiada por los musulmanes, caía la ciudad fortificada cristiana de Acre, este hecho determinó el fin de las “Cruzadas”.(EH)

En 1187 se produjo un punto de inflexión en el destino de las Cruzadas, en la “Batalla de los Cuernos de Hattin”, el Sultán Saladino expulsó a los cristianos de la ciudad de Jerusalem obligándolos a refugiarse 160 Kilómetros mas al norte, en la ciudad de Acre, situada en la Bahía de Haifa a orillas del Mediterráneo. La situación no cambió por mas de 100 años, las autoridades cristianas se manejaron inteligentemente tejiendo alianzas temporales para controlar la invasión de los mongoles y el avance de los mamelucos egipcios. La ciudad se transformó en un nexo con occidente, pero la llegada de miles de mercaderes europeos, principalmente italianos, rompió la paz, provocadores, pendencieros y arrogantes, despreciaban y se aprovechaban de los comerciantes musulmanes de la ciudad y sus alrededores. La tensión provocó que a fines de 1290, los italianos, desoyendo las advertencias de los cruzados, degollaran a centenares de musulmanes, cuando esta matanza llegó a oídos del sultan Qalawun Malik Al-Mansur, pidió que le fueran entregados los culpables o rompería la tregua y atacaría la ciudad. Pese a que estaban horrorizados con lo hecho por los italianos, los cruzaron decidieron no entregar a ningún cristiano para que fuera ejecutado. Qalawun comenzó a reunir un numeroso ejercito, pese a que la muerte lo encontró en Noviembre de 1290, su hijo Khalil Al-Ashraf, se hizo cargo de una fuerza de casi 80 mil hombres que duplicaba la población de Acre. Con apenas 14 mil hombres y solo 800 caballeros los cristianos fueron sitiados el 6 de Abril de 1291, durante mas de 50 días sufrieron el aislamiento, la falta de suministros y la destrucción provocada por mas de 100 catapultas que sorteaban fácilmente la altura de las murallas. La llegada de unos 2 mil soldados chipriotas no pudo modificar el destino de la batalla, el 18 de Mayo los musulmanes abrieron un boquete en la muralla y comenzaron a luchar dentro de la ciudad. Unos pocos cientos de caballeros acompañados por un puñado de civiles se refugiaron en la fortaleza templaria, fueron rodeados e invitados a rendirse, Pierre de Severy ofreció una tregua si se permitía que algunos caballeros abandonaran en barco la ciudad, Khalil accedió. Al ver que los que huían no eran solo caballeros reanudó el ataque hasta que el 28 de Mayo consiguió tomar toda la ciudad y destruir todos sus puertos para evitar un intento de reconquista. La noticia de la caída de Acre fue el golpe final para las aspiraciones europeas de conquistar tierra santa, por ello se la considera como la batalla que marcó el fin de las cruzadas, poco a poco los cristianos abandonaron sus posiciones en las ciudades de Jaffa, Sidón, Tortosa, Atlit y Beirut.