📚 El 30 de noviembre de 1900, Oscar Wilde falleció en París a los 46 años, dejando un legado literario que lo consagró como uno de los autores más ingeniosos y provocadores del siglo XIX.

El escritor y dramaturgo Oscar Wilde, nacido el 16 de octubre de 1854 en Dublín, Irlanda, como Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde, fue una figura clave del esteticismo victoriano y del decadentismo europeo. Hijo de intelectuales, Wilde demostró desde joven una notable facilidad para los idiomas y una profunda sensibilidad literaria. Estudió en el Trinity College de Dublín y luego en el Magdalen College de Oxford, donde obtuvo el prestigioso Oxford Newdigate Prize por su poema Ravenna. Su carrera comenzó con la publicación de Poemas y se consolidó con obras como El retrato de Dorian Gray (1890), que lo posicionó como un defensor del arte por el arte y un provocador de la moral burguesa. Wilde fue célebre por sus aforismos punzantes, como aquel que decía: “No tengo nada que declarar… salvo mi genio”. En lo personal, vivió una relación tumultuosa con Lord Alfred Douglas, lo que lo llevó a ser juzgado por “indecencia grave” y condenado a dos años de prisión en Reading Gaol. Tras su liberación en 1897, se exilió en París, donde adoptó el nombre de Sebastián Melmoth, abrazó el catolicismo y publicó La balada de la cárcel de Reading, una obra cargada de dolor y reflexión. Wilde murió el 30 de noviembre de 1900 a causa de una meningitis, tras complicaciones por una otitis aguda. Tenía solo 46 años. Su tumba en el cementerio de Père-Lachaise se convirtió en lugar de peregrinación literaria. Póstumamente se publicaron textos como De Profundis, que junto a La importancia de llamarse Ernesto, El príncipe feliz y El fantasma de Canterville, lo consagraron como uno de los escritores más influyentes de la literatura universal. #OscarWilde #DublínParís #Esteticismo #LiteraturaVictoriana #DeProfundis #DorianGray #FrasesWilde #GenioYDolor #HistoriaLiteraria #Wilde1900 #mendozantigua