El 25 de Abril de 1974, en Lisboa, capital de Portugal, un pacífico alzamiento de cuadros militares opositores al gobierno "Salazarista" de Marcelo Caetano acabó con 48 años de dictadura, en lo que se llamó "La revolución de los claveles".

 

La prolongada dictadura de António de Oliveira Salazar tuvo en 1968 dos golpes que la hicieron tambalear, el propio Oliveira sufrió un problema de salud que lo obligó a delegar el comando del país en Marcelo Caetano y el costo de mantener los gobiernos satélites coloniales se comenzó a complicar por movimientos independentistas, principalmente en Angola y Mozambique. La debilidad de la dictadura frente a los intelectuales locales y las presiones externas era controlada con mano dura por la PIDE, "Polícia Internacional e de Defesa do Estado". La gema de la revolución fue una nota publicada por el general António de Spínola en Febrero de 1974, donde se pronuncia en contra de mantener las fuerzas de ocupación militar en las colonias y la necesidad de una salida política para la prolongada dictadura. La "policía secreta del Estado Novo" presiona a Caetano para que lo destituya provocando las primeras divisiones en las Fuerzas Armadas. Ante la convulsionada situación y una inminente revuelta civil, cuerpos de elite de la MFA, "Movimento das Forças Armadas" coordinados por el Mayor Otelo Saraiva de Carvalho ocuparon los aeropuertos y las principales guarniciones militares, la madrugada del 25 de Abril de 1974, Portugal amaneció tomada pacíficamente por las nuevas autoridades. El pueblo no quiso permanecer ausente del proceso que se iniciaba y se sumó al movimiento. Una camarera, Celeste Caeiro, que regresaba a su casa con gran cantidad de claveles luego de un banquete, se encontró con un grupo de militares en un tanque, al conocer sus intenciones de no disparar les colocó las flores en las puntas de sus fusiles. Este gesto fue imitado por la mayoría de las divisiones desplegadas por toda la capital, por lo que el movimiento tomó rápidamente el nombre de "la revolución de los claveles". El éxito de la operación derivó en la casi inmediata democratización de Portugal que en Abril de 1975 tuvo sus elecciones generales libres. Este cambio también marcó el fin de las colonias Portuguesas en Africa que fueron abandonadas para que iniciaran sus procesos de independencia.