miércoles, 17 de diciembre de 2025

El 18 de diciembre de 1835, Juan Manuel de Rosas promulgó la Ley de Aduana, instaurando un sistema proteccionista que gravó y prohibió importaciones para favorecer la producción local. La norma benefició a Buenos Aires y al interior, aunque generó tensiones con provincias como Corrientes y Santa Fe


El 18 de diciembre de 1835, Juan Manuel de Rosas firmó la Ley de Aduana, atendiendo los reclamos de varios gobernadores provinciales que exigían medidas contra el librecambismo heredado del virreinato y de las políticas de Bernardino Rivadavia. La norma estableció un proteccionismo aduanero en la Confederación Argentina, con el objetivo de impulsar la producción nacional y dar salida a los productos locales que hasta entonces eran desplazados por las importaciones. La ley impuso altos aranceles —del 35% y hasta el 50% en algunos casos— y prohibió la entrada de ciertos artículos extranjeros como manteca, maíz, mostaza, escobas de paja, botones, espuelas de hierro y ruedas para carruajes. También fijó derechos diferenciados: 5% para insumos básicos como hierro, acero, carbón o instrumentos agrícolas. 10% para armas, pólvora, seda y arroz. 24% para azúcar, café, yerba mate y algodón. 35% para muebles, ropa hecha, vinos y licores. 50% para cerveza, fideos, papas y sillas de montar. En materia de exportaciones, la ley gravó con un peso cada cuero de bovino o equino, con 1% el oro y la plata sellada, pero declaró libres los granos, harinas y carnes saladas exportadas en barcos nacionales. En cuanto al comercio terrestre, aplicó un 10% a la yerba y tabaco del Paraguay y un 20% a los cigarros, mientras que los productos chilenos quedaron exentos. Muchas provincias agradecieron la medida, pues veían satisfechos viejos reclamos frente a la hegemonía porteña. Sin embargo, Corrientes y Santa Fe protestaron: el gobernador correntino Rafael León de Atienza denunció que la yerba y el tabaco locales pagaban los mismos tributos que los paraguayos, y cuestionó el 20% aplicado a los cigarros, industria clave de su provincia. Rosas nunca reconoció la independencia del Paraguay, lo que justificaba para él aplicar idénticos aranceles. Recién con Justo José de Urquiza en la presidencia se reconoció formalmente la soberanía paraguaya. La Ley de Aduana de 1835 representó un punto de inflexión económico: fortaleció a Buenos Aires y al interior frente a la competencia extranjera, pero también consolidó la dependencia de las provincias respecto de la Aduana porteña. #LeyDeAduana1835 #Rosas #Proteccionismo #HistoriaArgentina #EconomíaCuyana #Confederación #mendozantigua 

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