El campeonato mundial de Fórmula 1 de 1976 era disputado por Niki Lauda y James Hunt, antes del gran premio de Alemania era Lauda quien lideraba el torneo. La carrera se disputaría en el atípico circuito de Nürburgring, un trazado de larguísimos 22 km con 176 curvas situado entre montañas boscosas, gran parte de la pista se encontraba entre terraplenes que la hacían inaccesible para los vehículos de seguridad. En la tercera vuelta, Lauda, retrasado por un cambio de neumáticos encaró pasado la curva Bergwerk, perdió el control de su Ferrari e impactó contra un terraplén lateral que lo devolvió a la pista envuelto en llamas. Por el impacto Lauda perdió su casco, Harald Ertl y Brett Lunger no pudieron evitar impactar la Ferrari atravesada en la pista, ambos pilotos mas Arturo Merzario que se detuvo a ayudar, sacaron a Lauda del vehículo en llamas, luego describirían aterrados el olor a carne quemada que percibieron al sacarlo. Lauda sufrió graves quemaduras y secuelas de por vida por inhalar gases tóxicos. Milagrosamente 40 días después regresó a las pistas con vendas en su rostro, con el objetivo de defender la diferencia que Hunt había acortado en las dos carreras que Lauda estuvo ausente, el la última carrera en Japón ante una lluvia torrencial Lauda se bajó del auto alegando que era inseguro manejar en esas condiciones, Ferrari criticó esta decisión dudando de la valentía de Lauda ya que entregó a Hunt el campeonato. Lauda demostró al año siguiente cual era su espíritu y conquistó el campeonato de 1977, su cuerpo rechazó todos los intentos por injertarle piel, y debió trasplantarse ambos riñones, uno donado por su hermano y otro por su novia, el circuito de Nürburgring se dejó de usar y solo se habilitó una pequeña parte con su recorrido modificado.
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