En esta infame fotografía vemos al notorio narcotraficante colombiano Pablo Escobar parado frente a la Casa Blanca en Washington, DC. El niño parado al lado de Escobar es su único hijo. También llevó a su familia a un viaje de primera clase a Disneylandia aproximadamente al mismo tiempo. Ese es el pórtico norte de la Casa Blanca, y eso significa que Escobar y su hijo están parados en la acera adyacente a Pennsylvania Ave, que en ese momento estaba abierta al tráfico de vehículos. Cualquier peatón podría caminar por la calle y posar para una fotografía similar, y de hecho, todavía puede hacerlo hoy, aunque la cerca ha aumentado. La fotografía, tomada por la esposa de Escobar, Maria Victoria, apareció en un documental de HBO de 2010 "Sins of My Father", que cuenta la historia de la vida del narcotraficante a través de los ojos de su único hijo, Juan Pablo Escobar, quien desde entonces ha cambiado su nombre a Sebastian Marroquin. Durante el tiempo en que se tomó esta fotografía, Pablo Escobar estaba en el proceso de tratar de aparecer como un político "legítimo" en Colombia. Primero estuvo en el Ayuntamiento de Medéllin y luego se convirtió en un congresista sustituto. Tenía un pasaporte diplomático y eso es probablemente en lo que viajó a los Estados Unidos, aunque eso no está verificado. O simplemente usó pasaportes falsos que podría haber obtenido fácilmente a través de sus conexiones políticas. En las elecciones parlamentarias de 1982, Escobar fue elegido como miembro suplente de la Cámara de Representantes como parte del movimiento Liberal Alternativo. A través de esto, fue responsable de proyectos comunitarios, como la construcción de casas y campos de fútbol, lo que le ganó popularidad entre los lugareños de las ciudades que frecuentaba. Sin embargo, Escobar fue vilipendiado por los gobiernos colombiano y estadounidense, quienes sofocaron sus ambiciones políticas y presionaron para su arresto, y se cree que Escobar orquestó los atentados del Edificio DAS y el Vuelo 203 de Avianca en represalia. En el apogeo de su poder, Escobar recaudó unos $ 420 millones a la semana en ingresos, suministró el 80% de la cocaína del mundo y pasó de contrabando 15 toneladas de cocaína a los Estados Unidos por día. El legado de Escobar sigue siendo controvertido; Si bien muchos denuncian la naturaleza atroz de sus crímenes, fue visto como una figura "como Robin Hood" para muchos en Colombia, ya que proporcionó muchas comodidades a los pobres, mientras que su asesinato fue llorado y más de 25,000 personas asistieron a su funeral.
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