jueves, 10 de diciembre de 2020

'Y adiós templarios'

Un tal Jacques de Molay estaba atado a un poste, rodeado de maderas y paja a punto de ser quemado vivo. Lejos de temblar de miedo gritó a los 4 vientos "-La desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón, dios vengará nuestra muerte". Desde el mismo momento en que el buen Molay comenzó a chamuscarse los responsables de su ejecución comenzaron a morir y en menos de un año no quedaba ninguno. Esto ocurrió en 1314 frente a la Catedral de Notre Dame donde ya barrieron las cenizas, pero la historia de Molay sigue viva. No justamente porque haya ardido en la hoguera, en esa época era una de las mayores causa de muerte. Molay es muy recordado porque fue el último Gran Maestro de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón. Resumiendo, fue el último caballero Templatrio, no solo eso, fue el último de los 23 líderes de la Orden. Jacques Bernard, ese era su nombre real, era un noble nacido en Borgoña. Su padre era Juan, Señor de Lonvy de quién dependían los poblados de Mathe, Rahon, Dole y por supuesto la principal, Molay. Con 20 años se trasladó a Beaume donde se unió a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo o Caballeros del Templo de Salomón. Allí el Fraile Imbert de Perand le instruyó los valores de Hugo de Payens, fundador de la orden junto con otros caballeros participantes de la Primera Cruzada. Jacques se comprometió a proteger militarmente a los peregrinos cristianos en Tierra Santa. En 1292 muere Thibaud Gaudin, Jacques Bernard fue elegido su sucesor, por ello se convirtió en el vigésimo tercer Gran maestre de la Orden del Temple. Entre 1293 y 1305 organizó y participó en decenas de expediciones contra los musulmanes. La protección tenía un costo y algunos reyes empezaron a girar en descubierto. En 1307 Beltrán de Goth y el rey de Francia, Felipe IV, organizaron una conspiración contra los caballeros Templarios, si matamos al acreedor se acaba la deuda. El Papa Clemente V tampoco los quería demasiado y se unió a ellos. Jacques de Molay y el resto de los caballeros fueron detenidos acusados de sacrilegio contra la Santa Cruz, simonía y herejía, además de idolatría hacia Baphomet y Lucifer. Jacques de Molay fue torturado brutalmente hasta que aceptó su culpabilidad solo para terminar con el calvario, a partir de allí negó siempre los cargos. el 18 de Marzo de 1314 fue quemado vivo en la hoguera acabando con el último Gran maestre de la Orden del Temple.

Fuente: Pequeñas Piezas de la Historia

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