Lo que la Catedral de La Habana carece de simetría, lo compensa con dramatismo e intriga. Flanqueada por dos torres desiguales -una alta y esbelta, la otra algo más corta y ancha-, es una de las catedrales más antiguas de América, terminada en 1787 y fotografiada aquí en la década de 1930. Los jesuitas comenzaron a construirla como iglesia en 1748, y las obras continuaron a pesar de su expulsión de Cuba en 1767. Su fachada barroca decadente y su interior neoclásico contrastado son obra del arquitecto italiano Francesco Borromini.
©Bettmann/Getty Images
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