Jugadoras: S.Salinas, M. Sabas, P. Calafell, S. Plàcido, C. Stella, S. Chicchiti, A. Muñoz, M. Luna, I.Saravia, C. Trujillo, Forti, C. Maggi.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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sábado, 16 de mayo de 2015
Taller de mecánica automotriz de Ramón Castro. ubicado en calle 9 de julio al 1784. (año 1953) Ciudad Capital de Mendoza
Mecánica, chaperìa, pintura, vulcanizaciòn y recauchuta je.
Fue fundado en el año 1946.
El lema del negocio era. "Obras son amores y no palabras"
Fue fundado en el año 1946.
El lema del negocio era. "Obras son amores y no palabras"
El señor Ramón Castro, de pantalón blanco, rodeado de colaboradores y clientes.
Señor Yacumín,anotando trabajos, sección recauchutaje.
Incidentes en el fútbol (1916)
Para los festejos por el Centenario de la Independencia argentina, en 1916 se jugó un Torneo Sudamericano donde participaron Chile, Uruguay, Brasil y la Argentina (país anfitrión). A la final llegaron la Argentina y Uruguay. Pero lo que ocurrió en la tarde del domingo 16 de julio de 1916 llenó más espacios en los periódicos de lo que hubiera ocupado la crónica del partido.
El clásico del Río de la Plata se jugaría en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) de Palermo, considerado el mejor de Sudamérica. Es el que vemos en la foto, cuando compitieron chilenos y uruguayos.
El partido comenzaba a las 14:30, pero una gran cantidad de espectadores comenzó a acercarse a Palermo antes del mediodía. La compra de entradas se efectuaba en las boleterías del club y según la crónica periodística, “la gente se apretujó en torno de ellas a partir de las 12:30 en una lucha a codazo limpio para llegar hasta las ventanillas”. Las colas eran inmensas y la concurrencia superaba la capacidad de las tribunas que era de 20.000 espectadores. El público era controlado por once efectivos policiales designados.
“A la 1:10 hubo varios millares que optaron por renunciar a la lucha frente a las boleterías y arremetieron, en cambio, contra los guardianes de las puertas de acceso”, escribió un cronista.Se llevaron puesto a un policía y su caballo, los dos primeros heridos de la jornada. “Una multitud se desparramó por la tribuna oficial, trepando en tropel a las gradas y ocupando los sitios disponibles en los palcos, que a esa hora estaban en su casi totalidad ocupados por familias. Estas pasaron, por cierto, un instante poco agradable”.
Como la cantidad de publico superaba por mucho la capacidad de las tribunas, la propia cancha quedó colmada de gente. Cuando salieron los equipos a disputar el partido y vieron lo que ocurría, regresaron a los vestuarios. Ya se habían cambiado cuando se resolvió que se jugaría el partido, pero no sería el definitorio del torneo, sino un amistoso. Volvieron a cambiarse, salieron a la cancha y ayudaron a la policía en la tarea de sacar a la gente. Los intrusos se ubicaron en un costado, a medio metro de las líneas laterales.
Carlos Fanta, el árbitro chileno, dio comienzo al partido a las 3:30. Antes de los dos minutos se realizó el primer lateral. Con la gente encima, el jugador uruguayo intentó hacer el saque, pero otra vez el campo de juego se vio desbordado y los futbolistas, resignados, se retiraron al vestuario.
Era imposible intentar llevar adelante el partido. Y se desató la furia. Un testigo de los hechos escribió: “Algunos de los manifestantes más audaces se dirigieron a los dos arcos y los arrancaron”. La redes también fueron quitadas. Uno de los arcos fue llevado, como trofeo, delante del palco oficial en donde los directivos de los equipos sudamericanos y el resto de los invitados se mantenían petrificados por el miedo. Incendiaron una de las redes. También, la tribuna popular de madera que daba al río y se prendió fuego.
Los bomberos recién lograron apagar los incendios a las diez de la noche. De las tres tribunas populares no quedó nada. El palco oficial se salvó. Hubo cuatro detenidos. El lunes 17 se jugó el partido final en la cancha de Racing de Avellaneda. Empataron sin goles y Uruguay retuvo el título. Esa vez se vendieron una cantidad específica de entradas y no bien pareció que las tribunas ya estaban bastante llenas, se suspendió la venta.
Cabe preguntarse qué clase de milagro obró para que hubiera apenas contusos en medio de un incendio que tenía 30.000 potenciales víctimas. Sin dudas, la Mano de Dios –mucho menos espectacular, pero a la vez, mucho más admirable– existió setenta años antes del gol a los ingleses.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/deportes/incidentes-en-el-futbol-1916/
viernes, 15 de mayo de 2015
Inmigrantes Polacos llegados a Argentina en el año 1900.
Llegaron al país en el año 1900, en el vapor alemán Sicilia, procedentes de Galitzia, ciento treinta y siete familias polacas, que se dedicarían la agricultura en Misiones. En la colonia Apóstoles de este territorio, se hallaban radicadas hace ya tiempo algunas familias de la misma nacionalidad que las recién llegadas, las cuales, habiendo trabajado con éxito la tierra y convencidos de que, gracias a su trabajo, podían confiar en que en un porvenir no muy lejano se hallarán poseedoras de un capital debido a su propio esfuerzo, han comunicado tales resultados y esperanzas a Austria-Hungría, fomentando así una corriente de inmigración espontánea.
Las Familias de Polacos en el Hotel de inmigrantes
Las 137 familias, desembarcadas, formaban un total de 722 personas, de las cuales 373 pertenecen al sexo masculino. Entre ellas había 201 hombres mayores de 12 años de edad y 274 mujeres de iguales años. El departamento de inmigración, temiendo que el gran número de polacos venidos pudiese perjudicar a la colonia Apóstoles, se dirigido a gobernador del territorio de Misiones señor Lanusse, anunciándole la llegada de tan crecido número de familias, con el objeto de que les prepare alojamiento y obtenga colocación para ellos. En el ínterin, el referido departamento de inmigración irá enviando á Misiones los polacos, en pequeños grupos.
Las cuatro hermanas Palowsky y sus hijos
Fuente: revista caras y caretas.
Forma de Morir en la Edad media. Enfermedades infecciosas
Antes de que existieran las vacunas, antibióticos o siquiera el uso de medidas mínimas de higiene, cualquier enfermedad que hoy sería perfectamente tratable, como las infecciones más comunes, en la Edad Media podía ser una sentencia de muerte. Incluso una herida superficial podía matarte si se infectaba, no eran pocos los que perdían miembros o la vida producto de la gangrena.
jueves, 14 de mayo de 2015
miércoles, 13 de mayo de 2015
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